Aunque para algunos representaba el antifútbol, consideración de la que discrepo profundamente (no hay más que ver cómo ganó dos ligas con unos barbilampiños vascos), recuerdo a Javier Clemente una expresión muy certera: lo importante no es cuantos tíos tienes arriba, sino llegar con peligro a la zona de la verdad.
El Cuco Ziganda ha debido llegar a esa conclusión a la que difícilmente atribuyo en exclusiva la presencia de Javi Martínez. En Santander, el Huesca ha hecho la mejor defensa de los tres partidos que conforman la temporada, y lo ha conseguido porque se ha aferrado a la nueva moda en rectificaciones, que consiste en decir que simplemente ha cambiado de opinión. Si Sánchez evitó de esa manera la debacle total, al técnico navarro le ha sucedido exactamente lo mismo. Empate en el Sardinero que, sin ser probablemente suficiente (2 de 9 es muy poco), al menos resulta balsámico. No me atrevería a decir que esperanzador porque las carencias de este equipo continúan siendo estruendosas.
Como a la tercera ha ido la vencida, se ha decidido el Cuco por acompañar a Sielva y a Kortajarena con un compañero del latifundio (que se repartían anteriormente y ante el que los indios del otro equipo arrollaban a oleadas), en este caso Javi Martínez, y además Gerard Valentín ha abandonado su apatía y se ha implicado en el juego, que si se prolongara sería una gran noticia. Así las cosas, cuatro atrás en vez de cinco han padecido muchas menos taquicardias que en los dos choques anteriores, y la posesión de esférico nos ha aliviado a todos.
En una contienda recia -Ekain y Peque han considerado que lo mejor era el arte de Sun Tzu-, el Huesca por fin no ha parecido una reata de niños de San Ildefonso melindrosos y en marcha atrás, pero nadie olvide que quedan unos días para el mercado de invierno y, si se puede, si la economía lo permite después del éxodo de multitud de jugadores, Ziganda precisa de muchísima más pólvora porque no se puede fiar todo al yo me lo guiso y yo me lo como de Obeng. Un gol en tres partidos y 2 puntos de 9. Con estos mimbres, las garantías son similares a las de los bancos que ejecutaron a los preferentistas. Esto es, tendentes a cero. Pero, por unos días, vamos a quedarnos con que el cambio de opinión de Ziganda ha funcionado. Ojo avizor.