1º de Mayo: La Iglesia denuncia que trabajar ya no garantiza una vida digna

Movimientos eclesiales denuncian que miles de jóvenes en España no pueden vivir con dignidad pese a tener empleo

DH
01 de Mayo de 2025
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La HOAC también ha participado en este 1º de Mayo, Día del Trabajo. Foto Myriam Martínez
La HOAC también ha participado en este 1º de Mayo, Día del Trabajo. Foto Myriam Martínez

Con motivo del Día Internacional del Trabajo, la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) ha lanzado un mensaje claro y contundente: trabajar no basta para vivir con dignidad. Bajo el lema “Trabajo decente, derecho, no privilegio”, diversos movimientos eclesiales han denunciado la precariedad que afecta especialmente a la juventud, exigiendo políticas que garanticen condiciones laborales justas, estables y humanas.

Los datos no mienten. Según el Observatorio de Emancipación, solo el 14,8% de las personas jóvenes en España ha podido independizarse, y el coste medio del alquiler en solitario supera el salario medio juvenil. Mientras los contratos temporales, los sueldos bajos y la inseguridad se generalizan, miles de jóvenes viven atrapados entre la formación permanente y la imposibilidad de construir un proyecto de vida.

“La juventud se está viendo privada de un futuro digno. Muchas veces el trabajo no basta para cubrir lo esencial. Cuando trabajar no alcanza, algo falla profundamente en el sistema”, denuncia ITD. A ello se suma el impacto en la salud mental, la frustración vital y el debilitamiento de la esperanza.

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La iniciativa —integrada por entidades como Cáritas, CONFER, HOAC, JEC, JOC, Justicia y Paz o el Secretariado de Pastoral del Trabajo— recuerda que el empleo debe permitir “ganarse la vida” y no solo “malvivir”. Como recoge el mensaje para el Jubileo 2025, citado en su manifiesto: “El trabajo es expresión de la dignidad humana y no puede ser reducido a una mercancía”.

ITD hace un llamamiento urgente a transformar el modelo laboral actual. Reclama un sistema centrado en la persona, que respete los derechos sociales, asegure el acceso a la vivienda y ofrezca verdadera estabilidad. También invita a comunidades cristianas y sociedad civil a implicarse activamente en esta causa: “La justicia social no es un lujo. Es un mandato del Evangelio”.

Este 1º de mayo, la Iglesia se suma a quienes exigen un presente justo y un futuro esperanzador. Porque el trabajo no es solo una actividad económica: es una cuestión de dignidad, justicia y esperanza.

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