En el corazón de la ciudad, una esquina que ha sido testigo de décadas de historias y fragancias, la Perfumería Compairé cierra sus puertas para dar paso a una nueva etapa. Tras 42 años de dedicación y pasión, María Ascensión Bergua, conocida cariñosamente como "Chon", ha decidido bajar la persiana de este establecimiento que ha marcado la esencia de la vida local.
"Hemos cerrado la perfumería y así nuestros hijos ya tienen disponibilidad para ampliar la farmacia fin." Con estas palabras, Chon resume la razón detrás de esta decisión, pensando en el futuro de su familia. La perfumería, una de las cuatro secciones que conformaban el complejo comercial iniciado por el abuelo de su marido, ha sido el último capítulo de una historia que abarcaba también la fotografía y la droguería.
Con 70 años a sus espaldas, Chon considera que es el momento adecuado para ceder el testigo a las generaciones venideras. "Yo la he llevado durante 42 años, desde el día que me casé. Trabajaba en una oficina, pero mi marido me pidió que viniera y se me han pasado los años muy rápidamente. Me enganchó, ves cosas muy bonitas. Muy a gusto, la verdad que sí."
La historia de Compairé es un viaje en el tiempo, un recorrido por las distintas secciones que, poco a poco, fueron cerrando sus puertas. Sin embargo, cada clausura fue una decisión calculada, una transición planificada para mantener la integridad del negocio. "Ahora con 70 años que tengo ya es hora de dejar paso a ellos, a los hijos."
La jubilación de la dependienta, hace mes y medio, marcó el inicio de este nuevo capítulo, que también le va a permitir disfrutar más tiempo de la compañía de su esposo, José Luis, y de toda su familia y amigos.
Pero este no es un final, sino un nuevo comienzo. Los hijos de Chon están listos para expandir la farmacia, agrandar el espacio de atención al público, también para el personal y habilitar un despacho, y hacerlo más accesible para las personas con dificultades de movilidad. "Mis hijos la organizarán a su gusto", indica.
La Perfumería Compairé no solo ha sido un negocio, sino un reflejo de la honestidad y la dedicación de Chon y su familia. "Yo creo que nos hemos caracterizado siempre por nuestra honradez." Este principio ha guiado cada transacción, cada interacción con la clientela, haciendo de este lugar un espacio donde la confianza era tan fragante como los perfumes que ofrecían.
"Hemos tocado artículos que procuramos que no los tuvieran otras tiendas, alta cosmética, buenos perfumes, complementos bonitos y muy variados, igual de bisutería que pañuelos que bolsos. Y ese ha sido el motivo por el que yo creo que hayamos tenido tanta clientela, porque no nos podemos quejar, nos han respondido muy bien".
Chon confiesa que, aunque echará de menos la rutina diaria, le tranquiliza pensar en las nuevas etapas que se avecinan. "El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, echamos ya la persiana, porque me estaban tramitando todos los papeles de la jubilación, explica, pero le consuela pensar que el vínculo con el establecimiento no lo va a perder, gracias a la continuidad de sus hijos, y sabe que la rebotica de la farmacia será testigo de futuras charlas acompañadas de un reconfortante café.