Elsa Punset ha pronunciado la primera conferencia del SIE 2025 compartiendo sus conocimientos y excitando la participación del Auditorio Carlos Saura del Palacio de Congresos en un recorrido transversal por el cerebro humano y sus derivaciones en una vida marcada por una atmósfera estresante ante el que la alegría y el optimismo se abren paso a duras penas.
La conferenciante ha partido después de un vídeo que proclamaba que "no es magia, es inteligencia emocional" cuanto acaece cuando los "humanos estamos logrando navegar en tiempos extraordinarios también cargados de retos".
Se ha preguntado por lo que a los humanos nos ayuda para no perder la ilusión y ha contestado que lo que "nos ayuda es conectar y celebrar. Siempre nos ayuda celebrar".
En una conferencia interactiva, ha preguntado al público entre varias opciones sobre sociología a nivel mundial sobre vacunación en el mundo, niveles de finalización de la primaria en los países pobres, el porcentaje de acceso a la electricidad o la tasa de alfabetización de los adultos en el planeta. Significa que "el mundo mejora", porque hay menos pobreza extrema, más democracia, más alfabetización, más esperanza de vida y menos violencia que nunca. "Los humanos naturalmente somos violentos, hemos necesitado siglos para aprender para vivir con menos violencia". Hay más justicia social y más tecnologías.
Ha inquirido sobre la elección de una época para vivir. La mayoría se ha decantado por el XXI y ha sostenido que la velocidad de cambios e acelera cada década. En veinte años cambiaremos cuatro veces más deprisa y eso provoca problemas de salud mental como estrés o ansiedad. "La generación con mayor insatisfacción vital son los más jóvenes".
Entre los retos ha enumerado la gestión de la inteligencia artificial, la dificultad para colaborar entre nosotros, problemas de salud mental, un posible accidente nuclear o el cambio climático, "que creo que es el central, porque llevamos unas décadas viviendo de manera insostenible. Consumimos más recursos de os que generamos". "Necesitamos nuevos hábitos de vida", ha agregado. Pero "tenemos un enemigo que es nuestro cerebro".
Ha afirmado que somos esclavos de nuestro cerebro, que está lleno de sesgos cognitivos, prejuicios y desconocimiento respecto a cómo es nuestra inteligencia. Ha exhibido dos experimentos que han constatado la plasticidad del cerebro humano. "Vemos la realidad como queremos verla" y obedece a que el cerebro está "creado para el Paleolítico", un tiempo con frío, hambre, violencia, dolores y gran estrés.
Ha abundado en que generamos emociones defensivas como ira, miedo, asco o tristeza, mientras en las positivas tenemos la alegría, con querencia a pensar en lo que nos preocupa. "Hay que entrenar este cerebro porque tenemos un cerebro emocional programado para sobrevivir". Esa tendencia inevitable se complementa con el hecho de que con la edad se pierde capacidad para la creatvidad.
"El optimismo es la capacidad que tienen algunos para mirar el futuro con esperanza". Los optimistas suelen vivir más años y tener mejores trabajos, por su propia mirada. "La mitad del optimismo es un regalo de la vida, el 50 % es genético, la otra mitad es aprendida". Para hacerlo, hay que pegarse a un optimista, observarlo e imitarlo. "Buscaos amigos optimistas", ha agregado
Elssa Punset ha recalcado la tendencia a crecer y hacer lo que cree y hace todo el mundo. "Cuando piensas diferente a la mayoría, se activa la misma parte del cerebro que se activa cuando te equivocas". Y ha recomendado rodearse de "personas que nos inspiran".
La filósofa ha querido demostrar con un nuevo ejercicio que somos criaturas de hábitos, "nos cuesta cambiar palabras, pensamientos, sentimientos, cómo nos alimentamos, todo. Tenemos que ser conscientes.. Si no hacemos un esfuerzo deliberado para cambiar, no podeos hacerlo".
Tres propuestas, la primera no temer los cambios. "El conocimiento no cambia el comportamiento" y, si no se crean nuevos hábitos, una conferencia sólo es un rato agradable. "Haz cambios pequeños y concretos", sin exceso de ambición, como sucede con los deseos de cada nuevo año.
"La segunda es equilibrar el estrés con la recuperación", al estiar que es una reacción natural. "El exceso de estrés mata la alegría". Se ja adentrado en la química de la felicidad aludiendo a los efectos virtuosos de la dopamina para salir del mundo y cambiar las cosas, la oxitocina que es la del amor, las endorfinas del bienestar físico y la serotonina que es la del bienestar emocional.
La propuesta tres es la de descubrir el secreto de las buenas relaciones, "que nos dan salud, nos dan vida y lo que mejor nos ayuda a llegar al final de nuestras vidas de la forma más pletórica posible".
Sobre la autoridad conceptual de John Gottman, ha enfatizado en el equilibrio mágico de las emociones: "Por cada emoción negativa, aportar 5 emociones positivas". Ha pedido dejar el teléfono a un lado y dedicar el tiempo a conectar.
Una última invitación: sólo hay una salud pr todos, como proclama One Health de la ONU. "No podemos seguir viviendo de espaldas, como si fuérmos islas, estamos todos conectdaos. Es la única forma para empujar el mundo a mejor. No podemos ser simplemente pasivos"
Ha concluido que hemos de tomar las decisiones para "no caer en la codicia y la indiferencia. Hay que ser optimistas y elegir el amor sobre el miedo".