En unos días, los Aragón Skills van a medir las habilidades de los mejores exponentes de la Formación Profesional en una gran cita en Huesca en la que algunas especialidades van a disponer de poca competencia. Es el caso de la Carpintería-Ebanistería que patrocina Carpintería Castellar, que este domingo celebra la festividad de su patrón, San José, como las cada vez menos empresas del sector que, además, padecen grandes dificultades para dotarse de personal cualificado.
La eternidad del santo no parece haberse contagiado a una actividad que algunos de sus practicantes estiman "en peligro de extinción". Sin relevo generacional, es un "sector viejuno", como gráficamente expresa Nuria Grau, de Castellar. De hecho, la prueba meridiana es que, a fecha de hoy, las inscripciones son escasas y escuetas. "No se llegan a agotar las plazas que se habilitan en los grados Medio y Superior".
TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN
Lo de "¡más madera!" se queda para la expresión castiza. Hoy, el gremio se centra más "en la tecnología y la innovación. Es otra forma de crear con la madera. A nuestros trabajadores, yo les digo que se fijen en los procesos de Podoactiva, que para nada tienen que ver con la vieja podología". Es cierto, en cierta medida, la empresa de los hermanos Alfaro tiene algo de "carpintería" desde que toman las cuñas y las transforman en plantillas tras procesos muy tecnificados. Es la hora del conocimiento y del marketing.
Haciendo de la necesidad virtud, la metodología de Carpintería Castellar es hoy irreconocible para quienes la pusieron en marcha hace casi ocho décadas. Por supuesto que quedan carpinteros-ebanistas, pero a ellos se añaden los instaladores de obra, el decorador, la administración, el departamento comercial y, sobre todo... la Oficina Técnica. Su papel es profundamente ingenieril: establecer todos los procesos y definir las piezas que cualquier operario con una mínima cualificación y formación pueda engranarlas hasta completar el resultado final. "Los oficiales asumen las tareas más complejas y están en estrecho contacto con la oficina para optimizar los productos".
Esta cierta reconversión ha permitido a Castellar crecer. Hoy, a los treinta empleados de plantilla, se suman autónomos que realizan trabajos indirectos. Buenos proyectos, reconocidos en toda España, "con unos materiales que han cambiado", afirma Nuria Grau. No es que se haya renunciado a las maderas nobles (pino, roble, cerezo...), pero estamos en el reino de las resinas fenólicas y los aglomerados.
Los conceptos evolucionan, como diría una popular actriz de época, "una barbaridad" y, de hecho, esta empresa oscense prepara la apertura de su tienda Cosmos, que los británicos definirían como un "showroom" y los españoles... como sea, quizás un espacio para demostraciones. "Es la consecuencia de unos tiempos en los que todo el mundo tira de interiorismo, en los que las casas quedan diseñadas por la influencia de decoradores e interioristas. El perfil profesional varía y tendremos las llamadas 'mesas calientes' en las que el decorador y nuestros profesionales diseñarán lo que quieran. Y cada dos meses presentaremos materiales novedosos para que los interioristas tengan a su disposición lo último".
Nuria Grau rechaza esa visión pesimista de que cualquier material pasado fue mejor. De hecho, a los modernos se les denomina "maderas sincronizadas y su uso es fantástico. Requiere cero tratamiento y ninguna limpieza especial. La trazabilidad está absolutamente garantizada desde que salen de bosques sostenibles y son manipulados en aserraderos y madereras. Es todo más ecológico y son muy resistentes".
RECICLAJE Y RESPONSABILIDAD
Carpintería Castellar se ha convertido en una referencia por sus innovadoras soluciones que tampoco se circunscriben en exclusiva a los muebles o las instalaciones en casas o locales públicos. Conscientes de la importancia del reciclaje y establecidos sus cálculos, hace más de seis meses dispusieron cada viernes los tableros sobrantes de sus trabajos en el exterior para que cualquier ciudadano pudiera recogerlos y adaptarlos a su hogar o a cualquier dependencia. Los primeros viernes fueron una auténtica locura. Ahora, se dejan de manera fija en el exterior de sus instalaciones en la calle Ballobar, en la Zona Industrial.
El compromiso social es muy activo. Una empresa con varios trabajadores que han sido usuarios de la Asociación Down y que ha suscrito varios convenios con Cáritas para inserción laboral de personas con dificultades de inclusión. Además, son conocidas, reconocidas y reputadas sus acciones para la Asociación Española contra el Cáncer, más allá incluso de las perchas rosas, y también el respaldo a organizaciones empresariales como la Asociación de Comerciantes de Huesca.
Desde luego, si San José observa desde allí arriba, estará alucinado con lo que se cuece por este valle de lágrimas. Pero seguramente contento porque su reinado celestial supera incluso las teorías de la adaptación de Darwin. Aquí, el más rápido tumba al más grande. Y es que el de carpintero es oficio humilde y la humildad es la grandeza del ser humano.