Carmen Sorio lleva un 24x7 de régimen laboral desde el fatídico 29-10, 29 de octubre en que los cielos se desplomaron hasta destruir la tierra en la comarca de l'Horta Sud, en la que está Beniparrell, una pequeña población de 2.079 habitantes en la que operan 477 empresas que emplean a 9.300 personas en siete polígonos industriales. Entre todas han perdido más de 3.000 millones de euros por la devastación. Este martes llegó la primera ayuda de Lamusa de Jorge Sopena, gracias a la iniciativa de Ignacio Almudévar y el Foro Huesca Excelente: una cargadora telescópica, un tractor con pala una góndola con pluma y herramientas para convertirse en el taller móvil para todas las empresas que están intentando recuperar una cierta normalidad. Además, 15.000 mascarillas, 120 botas de agua, 300 pares de guantes y gafas de protección.
Está afónica la gerente de la Asociación Empresarial de Beniparrell. Noches de insomnio, ansiedad, preocupaciones, tristeza y desesperanza han intentado arrumbar su resistencia con fiebre y dolor. Sin embargo, está en la oficina, gestionando, haciendo turnos, coordinando en la difícil reconstrucción. "Si no hay medios, hay que optimizarlos".
Carmen Sorio no encuentra palabras suficientes para agradecer la ayuda crucial llegada desde Huesca. En las empresas, hacen falta epis (equipos de protección individual), no tenemos botas, guantes, ni mascarillas. Es lo que ha llegado desde Huesca. Se agradece la empatía con la ciudadanía, porque es una catástrofe, es un caos, Lo que se ve en los medios no es un 5 % de lo que hay, el número de muertos no se va a conocer, como en el covid. Casi todos conocemos familiares o compañeros que tienen algún muerto o desaparecido. Hay que agradecer a todo el mundo la solidaridad inmensa".
LA RECUPERACIÓN CASI IMPOSIBLE
Es el tiempo de la maquinaria pesada. Habrá que demoler o apuntalar edificios que sean inestables. Y en las áreas industriales las carencias son espeluznante. Como decía Diego Romá, presidente de la Federación de Parques Empresariales de la Comunidad Valenciana a EL DIARIO DE HUESCA, son los últimos barrios, pero han de ser cruciales para una paulatina vuelta a la normalidad.
No quiere dejar Carmen pasar un segundo más sin una gratitud expresa: "De Huesca nos han enviado epis para las empresas y los trabajadores, que con malas condiciones de material acaban en enfermedades, infecciones en las labores de limpieza emprendidas cuanto antes para intentar restablecer la actividad. Muchas gracias a Huesca Excelente, Monegros Empresarial, las federaciones de polígonos industriales de Huesca y Aragón. Y hasta el infinito a Jorge Sopena e Ignacio Almudévar, al que estoy inmensamente agradecida por su empatía y solidaridad, por su corazón inmenso".
HAN PERDIDO TODO
Es difícil levantar el ánimo. Hay empresas cuyas pérdidas superarán los 8 millones, las que menos 350.000 euros. La media en los polígonos de Beniparrell es de más de 6 millones, hasta los 3.000 millones. "Hay empresas familiares que han pasado de generación en generación y han perdido toda la maquinaria, los cortes de láser, los productos, los suministros escolares, las cajas de peluches...". Volver a una cierta rutina costará entre 3 y 6 meses. Tras la limpieza, "hay que adquirir equipamiento, inversiones, mobiliario... ¿Con qué dinero? No llegan las ayudas". La primera visita "de inspección" fue este martes la de la consejera Nuria Montes y el director general de Industria, Manuel Rosalén.
Llueve sobre mojado, y perdonen la expresión, en Beniparrell. En octubre de 2019 hubo un desbordamiento del Barranco del Poyo. La alternativa que adoptó el Gobierno tras la riada de 1957 salvaguardó Valencia de las inundaciones, pero no adoptó medidas para las cuatro comarcas ahora zaheridas. En 2020, llegó la pandemia. Y en 2024, "en época de contracción económica", este mazazo.
Con este debilitamiento progresivo en un lustro, es normal que Carmen Sorio estime la desaparición de las empresas actuales en entre un 15 y un 20 % del total en los siete polígonos: los "legales" Vereda Norte, Vereda Sud, Carrascal Este, Carrascal Oeste, Polió y San Francisco, y el que vive en el limbo normativo, SUI 7 (Suelo Industrial 7 para la industria química).
"La capacidad de endeudamiento tiene un límite y muchos ya han agotado su solvencia y sus créditos. No hablamos de empresas billonarias, sino que fundamentalmente son micropymes de menos de 10 empleados o como mucho pymes. Esto nos afecta mucho, han perdido el equipamiento y no saben lo que va a asumir el Consorcio de Seguros ni cuándo va a pagar. Nos siguen cargando las cuotas de autónomos y la Seguridad Social, hay que pagar a los trabajadores y los gastos fijos además de los impuestos. Con costes de estructuras, sin actividad y sin tener liquidez, si no llegan las ayudas, no se podrá pagar en uno, en dos o en cuatro meses. Necesitamos ayudas ya".
El drama humano ya está en ciernes, galopando. "Tener que despedir en una pequeña empresa es un drama. En muchas son nueve trabajadores y hay dos hermanos, parte de una familia, han perdido sus casas no sólo en Beniparrell, sino en Catarroja, en Benetúser, en Alfafar... Y los coches. Y ls clases suspendidas. Esto es un caos"...
Sólo hay una gran empresa en Beniparrell, Importaco, comercializadora de frutos secos y bebidas, 790 empleados. Su vocación le lleva a una decisión: "La Responsabilidad Social va a consistir en los próximos tiempos en dedicar todo este esfuerzo a que no haya despidos o ERTE". Pero esto es algo que pueden hacer muy pocas empresas.
PROTEGER LOS POLÍGONOS
Beniparrell apenas tiene una superficie de 3,68 kilómetros cuadrados, enmarcada en una comarca con veinte poblaciones. Una parte importante se destina a los polígonos donde se suceden empresas del sector Servicios e Industria principalmente, y dentro de los Servicios el Comercio, Transporte y Hostelería. Entre todas, ocupan 9.300 trabajadores, con un importante porcentaje de autónomos titulares y colaboradores.
Lamentan desde la Asociación que se sienten abandonados. "La UME no ha llegado ochos días después del inicio del caos. Entendemos el orden de necesidad de la solidaridad. Primero las personas, segundo las viviendas, pero los polígonos industriales son los grandes olvidados, pese a que aportamos más del 51 % del PIB del país. Generamos millones de empleados, hemos sido objeto del caos y la devastación y de superar esta tragedia dependerán miles de personas. Necesitamos un plan de acción especial para Beniparrell".
LOS ÚNICOS DE MOMENTO, DESDE HUESCA
No se cansa de agradecer la ayuda llegada desde Huesca, "necesitamos cincuenta como ésta", ya que entiende que es "un esfuerzo grande. Los únicos que han llegado y han demostrado implicación, empatía y solidaridad con nosotros. Necesitábamos maquinaria para limpiar los accesos y se agradecen los tres operarios".
Es una ayuda que trasciende, y es que, como afirma Jorge Sopena, es fundamental la figura del técnico de primer nivel que ha aportado no sólo para mantener la maquinaria que se trasladó ayer a Beniparrell, sino también para ofrecer servicio a aquellas empresas de los seis polígonos que precisen de sus conocimientos y habilidades para solventar las averías e inconvenientes de una tarea dura, ardua, tan fatigosa que hasta los materiales ceden. Una labor creativa, porque de lo que se trata es de "recrear" las seis áreas y salvaguardar todas las que se puedan de entre las 477 empresas de Beniparrell. De Huesca ha partido el espíritu de su salvación.