Mango Kids es el nombre de la nueva tienda que ha abierto una luz de vida comercial en el Coso Bajo con el sello familiar de los Cajal López. Tenían previsto abrir a las 17 horas pero han decidido adelantar a las 12 y la primera jornada ha sido todo un éxito, "nos ha ido súper bien, estoy muy contenta y el equipo de Mango que está apoyándome también súper contentos".
Casandra Cajal, sangre comercial en vena, explica que Mango insistía en que la colección de Kids "estaba triunfando bastante. Llevan ya quince años. Empezaron poco a poco. Hace tres años nos lo ofrecieron, pero lo pospusimos un poco. Cuando ya cerraron una serie de marcas parecidas, desde Mango nos dijeron que ahora sí o sí había que abrirlo y os apoyaremos en todo".
Este 1 de marzo ya ha abierto y la expectación se ha visto reflejada en presencia de clientela. "Muchos que conozco que se mueven en el mismo entorno que yo, porque tengo hijos pequeños, me lo han agradecido muchísimo. Que hayamos sido tan valientes de abrir una ropa de niños, porque es un género que es necesario porque es algo muy del momento, porque ellos crecen y lo necesitan".
Alude a las distintas líneas del cliente Mango Kids: la New Board, que es el recién nacido de 0 a 2 años; las tallas de 2 a 5 años tanto en niños como niñas, unisex; y luego de 5 a 14 años también unisex.
Casandra ha mamado el comercio desde que su madre, María Jesús López, abriera Mango en la Plaza de Navarra y luego la división masculina en el Coso Bajo. "Lo llevo desde hace muchos años, mi madre empezó hace 30 años, yo me incorporé hace unos quince con ella. Estuvimos muchos años de la mano las dos y ahora, aunque sigue estando en la sombra, está. Hemos querido renacer Huesca, porque vemos que se van apagando los locales, van cerrando marcas que tenían éxito pero por política de empresa han cerrado, otras que por pandemia o demás han tenido que echar el cierre. Creemos que hay un mercado, que Huesca es una provincia que cuando abres algo está el público y agradece que tengas locales abiertos". Se despide con una fórmula de cortesía muy del sector: "Mañana será otro día". Y, como abrirá las puertas, será otro triunfo. Antídoto contra los incrédulos de las viejas tiendas que son nuevas.