En una de las calles más emblemáticas y comerciales del casco antiguo de Huesca, la calle Goya, la tienda Muebles y Regalos Gabarre se prepara para cerrar sus puertas después de 71 años de servicio y escribir el último capítulo de una era y dejar tras de sí un legado de calidad y confianza.
Domingo Gabarre, el último eslabón de la segunda generación al frente del negocio familiar, afronta con tranquilidad esta etapa, al tiempo que aguarda con ganas e ilusión el tiempo que le falta para cultivar sus numerosas aficiones.
Isabel Gabarre, su hermana, le acompañó hasta hace algunos meses en esta labor, que ha vivido de manera apasionada durante toda su vida laboral
"Como mucho estaremos hasta noviembre, que es cuando me jubilo", explica Domingo; "Cuando se acaben las existencias", agrega Isabel.
La decisión de cerrar las puertas de Muebles y Regalos Gabarre no es solo el cierre de una trayectoria empresarial, sino también el resultado de la falta de relevo y los cambios significativos en la dinámica comercial moderna.
La historia de este negocio comienza con un hombre emprendedor, Domingo Gabarre, un montañés con principios y determinación. "Era un hombre muy emprendedor, muy trabajador y muy serio, la gente estaba encantada con él, daba la imagen de calidad y de confianza".
Los hermanos comentan que había una relación diferente a la actual entre el empresario y el cliente, que pagaba sus adquisiciones conforme a sus posibilidades; cada mes, lo que podía.
Isabel comenzó a trabajar en la tienda a la temprana edad de 14 años y no oculta su admiración cuando habla de la ética de su progenitor. "Mi padre nunca les presionaba, la gente se acuerda y eso deja una buena huella".
El cierre de la tienda no solo marca el fin de una era empresarial, sino también de la relación cercana entre los clientes y el negocio que, no obstante, con la evolución de los tiempos ha ido cambiando mucho.
Muebles y Regalos Gabarre incorporó la importación en los años 90 y tuvo que afrontar otros desafíos, como la terrible crisis de 2008 en la que los fabricantes se abocaron a un declive que consideran imparable. "La presión fue muy fuerte. A la gente no le importa de dónde viene el mueble, lo que le importa es el precio. Si antes costaba 200 y ahora 60, mejor", comparten Domingo e Isabel.
El establecimiento siempre ha aportado un valor añadido a la ciudad, de la mano de los belenes que tradicionalmente se han montado en Navidad, año tras año, y que causan la sensación de los oscenses. Esta tradición, que inició Domingo padre como fabricante de juguetes, la ha continuado el esposo de Isabel, el afamado montañero Lorenzo Ortas. Y son ya 40 años.
A pesar del cierre, Domingo y su familia miran hacia el futuro con gratitud y la satisfacción de haber sido parte integral de la comunidad. Isabel, que se da una vuelta de vez en cuando por la tienda pero ya no tiene relación laboral, echa de menos el contacto con el público. "Saber que la gente se va feliz y encantada con lo que ha comprado, esa es la satisfacción del vendedor", indica con una sonrisa.
Domingo aguarda tranquilo que llegue el momento del cierre y con ilusión por disponer de tiempo para dedicárselo a sus aficiones.
Así, Muebles y Regalos Gabarre se despide con cariño, dejando una huella imborrable en la memoria de Huesca, y se lleva el calor humano y la confianza que han compartido con generaciones a lo largo de los años.