La Federación de Polígonos Industriales de Huesca lamenta la paradoja que sufren sus empresas: impuestos de primera, servicios de segunda. Su presidente, Miguel Crespo, es contundente: “En los últimos ocho años, se han incumplido una gran parte de los compromisos que han anunciado verbalmente”. Y lo que les provoca cierta desazón es que la campaña electoral que toca a su fin mañana no es muy alentadora. "Echamos de menos que los partidos políticos en general no hayan hecho referencia a los polígonos industriales como los verdaderos motores para la creaión de empleo y riqueza para la ciudad".
El Ayuntamiento lleva mucho tiempo de espaldas a los polígonos. “Lo que han prometido, en una buena medida, no lo han cumplido”. Recuerdan, tras una reunión mantenida hace unos días, reivindicaciones como la rotonda reclamada en el Sepes junto a la Volkswagen, un punto que es conflictivo y muy propicio para los choques y los accidentes. Agua. Nada. O los efectos de la inacción en la Magantina que han auspiciado que Cabrero e Hijos haya trasladado fuera su gran centro logístico ante la lentitud para afrontar la prolongación de la ronda Este. Les parece una metáfora de la desatención institucional.
Miguel Crespo expone otros ejemplos como la falta de respuesta y la lentitud en La Magantina en la zona de Casa Coiduras. “De los 100.000 euros que el ayuntamiento consigna para mantenimiento, nos han detraído los gastos del derribo y la expropiación”. Quiere decir que la partida general queda disminuida.
Otra de las peticiones de los polígonos industriales que no ha sido atendida es la rotonda solicitada en la confluencia de la calle Alcañiz y Badalona, junto al desastroso edificio Laurentis. “Durante muchas horas, el tráfico de Martínez de Velasco para incorporarse a la carretera y en sentido contrario es tan abigarrado que la espera es tremenda”.
Junto a este espacio, en el cruce de la calle Badajoz el área industrial ha demandado la mejora del acceso desde la calle Alcañiz con la eliminación de la parte inicial de las aceras en forma de “orejas”, así como la ordenación del aparcamiento lineal incluso de camiones, con respeto a las aceras peatonales, para que dos vehículos grandes puedan cruzarse. “Actualmente hay un caos de aparcamientos desordenados en batería que se comen las aceras peatonales e impiden en muchos puntos que dos vehículos puedan circular en sentido contrario cuando se topan”, afirma Félix Orduna, representante de este polígono.
“Estas necesidades han sido puestas en conocimiento del Ayuntamiento desde hace más de cinco años, hemos tenido varias reuniones tanto con el Alcalde como con la concejala de Urbanismo. Aunque son actuaciones recomendadas por la Policía Local y de un coste muy barato, siempre hemos obtenido la misma respuesta: Lo vamos hacer de inmediato. En realidad, todo se ha quedado en nada”.
La Federación advierte sobre las necesidades de los polígonos que son de interés para toda la ciudad, como la ronda Este, la circunvalación en la Magantina para sacar los camiones de mercancías peligrosas de la ciudad.
PELIGROS Y ANOMALÍAS
La Federación de Polígonos Industriales de Aragón es clara en la necesidad de adopción de ordenanzas específicas para estas zonas. Están repletas de irregularidades. Calles sin nombre con los obstáculos que representan para su localización. Baches enormes. Alumbrado insuficiente. Son firmes que utiliza toda la ciudad.
Recuerda Miguel Crespo las primeras cámaras instaladas en los polígonos industriales por su exigencia, que han de ser aumentadas por seguridad.
Y las carencias en el mantenimiento de los desbroces de los parterres, que sólo se atienden muy de cuando en cuando, con el riesgo de incendio que implican en tiempos de sequía.
Otra deficiencia es la dificultad para el aparcamiento en los polígonos del Sepes y del Monzú. Se quedan gabarras de camiones durante un largo tiempo y esto resta espacio para el estacionamiento.
Porque hay que dar "al césar lo que es del césar", Félix Orduna afirma que la única actuación por parte del Ayuntamiento ha sido la colocación del valla de separación entre la antigua vía del tren y calle Almudévar. Pero… “en este momento está en pésimo estado, rota, arrancada en muchos puntos, pintada/marraneada. Considerando que la necesidad de colocación de esta valla era eliminar el aspecto de suciedad y desorden que había entonces, la conclusión es que estamos peor que antes”, concluye.