El Partido Popular ha ganado la Diputación Provincial de Huesca, la institución que más se le resiste históricamente, la que sólo ha gobernado cuatro de los últimos 40 años, en concreto Rodolfo Aínsa entre 1995 y 1999, y que se había convertido en el gran bastión socialista para sus batallas electorales y también para las querellas intestinas con el PSOE aragonés.
El Palacio de los Porches de Galicia que inauguró Carlos García en 1987 ha tenido desde entonces tan sólo cuatro inquilinos en presidencia: Marcelino Iglesias, Rodolfo Aínsa, Antonio Cosculluela y Miguel Gracia. No sin rigor, se le ha considerado el símbolo del poder omnímodo por cuanto los nueve mandatos de los tres dirigentes socialistas han sido acompañadas de mayorías absolutas y con la disponibilidad económica más importante de las instituciones altoaragonesas, entre las más pudientes en Aragón.
La fortaleza que se antojaba inexpugnable hasta hace unas horas va a cambiar de signo y en el hito va otra singularidad: sólo la conformarán dos partidos, el Popular y el Socialista. A los 8 representantes que el PP consiguió en 2019, se añaden los tres que el PAR disponía en Huesca, en Barbastro y en Jaca, el que Ciudaanos ostentaba por el partido de Huesca y el que ganan al PSOE en Fraga. A mitad de escrutinio, dirigentes populares ya acariciaban la idea de alguna posibilidad de relevo. Hacia la medianoche, fijaban en La Hoya la clave. Finalmente, se ratificaba su triunfo.
En el de Huesca, el PP contará con 5 y el PSOE con 4, en Barbastro se reparten cuatro cada uno, en Jaca igualan a dos, en Fraga cambian las tornas para que los populares se hagan con el segundo por uno solo de los socialistas y en Boltaña se lo queda el PSOE.
Los vuelcos en Monzón, Tamarite de Litera y Sabiñánigo (aunque aquí la alcaldía está comprometida por los pactos) han sido determinantes para que el PP se cobrara la pieza más codiciada por inesperada, lo que constata la magnitud de la victoria histórica del Partido Popular. Aires de cambio en los Porches de Galicia.