Sin entrada todavía en el Diccionario de la Real Academia, apelamos a la Fundeu (Fundación del Español Urgente) para apreciar la idoneidad del término camperización. No llega a este indicativo de acción, pero sí bendice cámper y camperizar, por lo que damos por buena la primera acepción. Adaptar coches y furgonetas para convertirlos en lugar de solaz, en una casa que acompaña para el disfrute del ocio. Antes les llamábamos caravanas y nos quedábamos tan anchos. Así que, en el origen de la visita a Tinkervan con su Director, Jorge Escario, en la calle Siderurgia del polígono Sepes, aceptamos que esta empresa cuya antigüedad con la anterior propiedad se remonta tres lustros atrás ha dado un giro en vertical con sus nuevos accionistas y ha preparado en sus 4.000 metros cuadrados de superficie una plataforma ideal para aprovechar el importante potencial que tiene este mercado. Una compañía con vocación líder y con determinación de perpetuar su base central en la ciudad de Huesca.
Con Jorge Escario, precisamente, realizo un recorrido fulgurante por la empresa, donde los 21 trabajadores no detienen sus labores ni para saludar, lo hacen sobre la marcha y con exquisita educación, eso sí. Hay mucha faena en una evolución que incluye al destinatario final: "Hasta ahora, los clientes eran concesionarios. Eran las marcas y se añadía 'by Tinkervan'. Existía poco trato con el cliente final. Pero este mundo está cambiando mucho y ha acelerado la transformación la crisis de componentes. Hoy, además de seguir trabajando para las marcas, nosotros compramos directamente los vehículos los camperizamos. Así durante este año 2022 habremos adquirido más de 30 automóviles y el año próximo se superarán los cien, según las previsiones.
Cuando apenas se han superado los cuatro meses de producción en esta nueva línea, los empleados están a pleno rendimiento y los cálculos estiman la duplicación de todos los guarismos en dos años. Jorge Escario apunta el objetivo de las 450-500 unidades en 2024, que habida cuenta la complejidad de los procesos parece una barbaridad.
El edificio de representación y de oficinas avanza en sus obras. Se abre un espacio donde se instalará una sala de exposición, dirección, sala de juntas, departamento comercial, recursos humanos y toda la organización cuyo desempeño se rige por la norma de calidad ISO 9001, que posteriormente añadirá la de medio ambiente 14001.
"Nos vamos a convertir en carroceros de segunda fase, en fabricantes de segunda fase", pero incluso más allá la idea es trabajar en la fabricación de sus propios vehículos "by Tinkervan", que será una fase tercera, explica mientras vemos unas "células habitacionales" que recuerdan las famosas "soluciones habitacionales" de la ministra de escaso recuerdo. Lo cierto es que impresiona el nivel de detalle interno que se instala sobre plataformas de las principales marcas de vehículos. En la primera etapa del recorrido, vemos los techos elevables que se habilitan una vez serrados los originales. "Hemos de ser muy estrictos porque la homologación de TUV lo es para que consigamos matricularlos". Todo está sometido a controles, todo es de una precisión escrupulosa, como la carpintería propia que inserta muebles específicos de diseño moderno y personalizado. En la parte eléctrica, la instalación y los electrodomésticos. Todo muy pulcro.
Jorge Escario especifica los dos grandes ejes sobre los que pivota la cultura que la propiedad quiere implantar en todos los procesos: "Medio ambiente y tecnología". En estos momentos, la relación con fabricantes de vehículos como Vokswagen, Toyota y Ford es muy fluida y contribuirá a la apertura de más mercados. Norte de Italia, sur de Francia y sur de Alemania son espacios en los que los cámper tienen una importantísima demanda, mientras en España crece el hábito. Sin duda, Tinkervan, desde Huesca, está preparando un asalto expansivo y se convertirá en una de las grandes empresas de referencia de la ciudad y del sector.