La Cabalgata del día 9 de San Lorenzo es una de las expresiones populares más maravillosas sobre la faz de la tierra, como queda constatado desde hace décadas y décadas, pero es que además es expresión de ingenio.
Las mairalesas son admiradas, las carrozas demuestran talento y las peñas se pegan días y días pensando cómo sorprender con su pancarta, si prefieren la reivindicación (aquella mítica de "El último que cierre la puerta" en alusión a la despoblación va camino de los cincuenta años) o se limitan a la fiesta. Este año, sin ir más lejos, se ha querido sumar el movimiento peñista a la Plataforma Huesca Suena en la reivindicación de un cercanías entre nuestra ciudad y Zaragoza. A ver si esta vez va a ser que sí.
Muchos pensamientos y muchos comentarios por la etapa prodigiosa de los danzantes con la irrumpción de Ibón y Cristina, dos alegrías para Huesca.
Y, mientras, para qué vamos a engañarnos, un traguito por aquí y otro por allá. Siempre dejando un margen para la salud y, por favor, con todo el respeto, que todos hemos de querernos. Esa unidad es la que simboliza la cabalgata.