Os Casaus desaparece: adiós a la peña oscense tras más de tres décadas prodigiosas

El 9 de agosto se echará de menos a los miembros de la agrupación que iniciaron su fructífera trayectoria en 1992

21 de Julio de 2025
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Actuaciones del grupo de teatro y música de la Peña Os Casaus en la Residencia Saturnino López Novoa
Actuaciones del grupo de teatro y música de la Peña Os Casaus en la Residencia Saturnino López Novoa

La Peña Os Casaus ha desaparecido. Su fecha de defunción aproximada data de diciembre de 2024, cuando la junta directiva, exhausta, apenas había podido retener a veinticinco socios, como reconoce con lástima su última presidenta, Irene Flores. El cambio de local desde el de la antigua Lamusa, muchos años de vino y flores, de bailes y de actividad continua, hasta el polígono Monzú y, finalmente, la calle Rafael Gil a un local de hostelería que le encontró el ayuntamiento ha sido determinante para su inviabilidad. Treinta y dos años después de ver la luz, el 9 de agosto se les va a echar de menos.

Hay sensación de pena, de nostalgia. Lejos quedan aquella época inicial, 1992, desde que la fundó una junta presidida por Miguel Ángel Coiduras. El empresario, que también fue concejal, entendió que los matrimonios y las personas maduras necesitaban una alternativa para un ocio cómodo, como el que fue antaño el Jardín de Verano ahora tan añorado. Y el debut no podía ser otro que San Lorenzo.

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Tal fue el éxito de la iniciativa que la peña era admirada y arropada por la ciudad. Por cientos empezaron a sumarse a la iniciativa, atraídos por una ambición desbordante en las programaciones de sus fundadores, entre la buena gastronomía y unas orquestas realmente magníficas. A la fértil etapa de Miguel Ángel Coiduras sucedían otras presidencias y dirigentes muy dinámicos: los Antonio Mur, Carmen Más, Francisco Solano, Natividad Brosed, Alejandro Ciprés... Y, un buen año, se agudizaron las madres de todas las desgracias.

Aquellas instalaciones en la calle Zaragoza esquina con Gil Cávez eran un verdadero prodigio por ubicación y por capacidad. Allí se sucedían bailes, carnavales, veladas benéficas (para los Hermanos de la Cruz Blanca y otras asociaciones), exposiciones de artículos exóticos importados por el viajero Marco Pascual, mercadillos y muestras de organizaciones sociales... Estaba Os Casáus siempre al servicio de la ciudad y los ciudadanos, con ese sello alegre y dispuesto que les caracterizaba. Las residencias de la tercera edad acogían a sus grupos de teatro, de humor, de sevillanas y otras artes en San Lorenzo con mucha expectación.

La Peña Os Casaus se vio obligado a abandonar ese local social, actualmente espacio del proyecto urbanístico de las Harineras. En la búsqueda de soluciones, encontraron una nave de un negocio de muebles en el Polígono Monzú. Estaba lejos del centro que tanto habían disfrutado, pero era espacioso y permitía muchas opciones para las actividades de baile, de interpretación teatral y de otras que siempre ofrecían a las residencias de la tercera edad. Lo adecentaron y llegaron, cuando se aproximaba la apertura, las exigencias administrativas y de seguridad. El golpe fue letal. Llamaron a las puertas de todos los grupos políticos y Luis Felipe y María Rodrigo ofrecieron una primera solución que no fructificó, en la búsqueda de locales. Habían clamado por tierra, mar y aire y les apoyaban todos los partidos, pero las alternativas eran manifiestamente mejorables, insuficientes.

A esas alturas, había transcurrido una pandemia que había minimizado el número socios de manera drástica. La nueva junta presidida por Irene Flores tuvo arrestos para intentar salvar la situación y la peña. Tuvieron una asamblea en la nave para intentar recuperar la familia social, en la que no faltaron voces discordantes. El último local, que intentaron fuera transitorio, acabó con la resistencia. La presidenta, Irene Flores, asegura que "a finales de 2024 nos dimos de baja. No podíamos seguir por más voluntad que poníamos, por más búsqueda de actividades y de aportaciones. Teníamos que salir de allí y no había recursos. Estoy orgullosa de haberlo intentado hasta que ya era un imposible. Salimos con mucha tristeza pero la cabeza alta".

LOS DIEZ LEMAS

Para apreciar el espíritu de Os Casaus, baste recordar el decálogo con el que arrancó en 1992:

1.- Alegría compartida es... más alegría.

2.- Hacer amigos, nuestra meta.

3.- Blanco y verde, nuestros colores

4.- Respeto mutuo y sana diversión.

5.- Deseos de colaborar en todo.

6.- Disfruta y deja disfrutar.

7.- El buen humor, el mejor traje que puede lucirse.

8.- Donde hay música, no puede haber cosa mala.

9.- Vida sin fiestas, como largo camino sin posadas.

10.- La Peña es de todos.

Desaparecida de la nomenclatura de peñas, a Os Casaus se le va a echar de menos. Es el sino de tantas y tantas experiencias en la vida que añoramos precisamente cuando han pasado a peor vida. Aquella historia que emanó en San Lorenzo de 1992 para cubrir una necesidad de ocio que en 2025 no sólo no ha menguado, sino que es más trascendental en una ciudad que no ha rejuvenecido, pasa al ostracismo, acaso para engrosar el baúl de los nostálgicos, que vienen a ser los que tienen memoria.

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