Por aquello de que a quien madruga Dios le ayuda y para que la fiesta nos coja fuertes, los jóvenes y los que ya apuntan hacia las canas se inclinan desde el punto de esta mañana del 9 de agosto por un almuerzo contundente, racial, inspirado básicamente en los "huevos con..." que, por aquello del arraigo, en un buen porcentaje se dejan acompañar por longaniza, pero que no necesariamente se circunscriben al embutido grausino. En Huesca, esta mañana, los bares cuentan por cientos los almuerzos.
Desde antes de las nueve de la mañana, los bares, cafeterías y restaurantes de la capital oscense están sirviendo masivamente suculentos almuerzos en interminables mesas alargadas que ponen a prueba la pericia del servicio hostelero de Huesca. Incluso la paciencia que, conforme avanza la pitanza, exige a los comensales y también al servicio, y es que no sólo de agua vive el ser humano en esta ocasión. Así que, buen rollo, cánticos, risas y suben los decibelios conforme a un primero frugal en el que es bastante común el tomate rosa le sigue el plato fuerte.
Mariola Buil, emblemática restauradora, sirve más de 250 almuerzos este día 9. En la víspera, a las 23 horas, hubo una cancelación de treinta, lo que "demuestra que hay que cobrar el almuerzo por adelantado, al menos en parte. Esto es una falta de respeto a los profesionales". Más allá, con la previsión de unas buenas fiestas, su equipo utiliza la eficiencia para servir ese tomate rosa con olivas del Bajo Aragón, esos huevos con longaniza, esa trenza, ese buen vino del Somontano. Todo para arrancar con buen pie la fiesta.
Para Arancha, del valle de Benasque, es un día muy especial. Está en el Parque Bar, dentro de los almuerzos organizados por las peñas, en concreto ella con Los que Faltaban. "Longaniza, huevos y bien regado de vino. La organización es estupenda". Luego, Tubo arriba, Tubo abajo, hasta que el cuerpo aguante.
Guillermo, desde Zaragoza, viene el primer año al día 9. "Es mi primer año, de mi ejército no. Hemos comido huevicos rotos con jamoncico, cebolla. Nos han tratado muy bien. Esperamos pasarlo muy bien. Se hará corto el día". Al fondo, risas
Cinthia está trabajando en el almuerzo de las peñas en el Parque. "Somos veinte o más trabajando. Vamos a dar trescientos almuerzo. Es todo pim pum pam, nos apañamos"
A partir de ahí, la sobremesa va por barrios y establecimientos. Como se hacen turnos para acoger los centenares de clientes en muchos casos, los primeros han de levantar el vuelo y generalmente son los jóvenes que van subiendo hacia el Saludo al Santo o directamente hacia la Plaza de la Catedral. Aquí, los altavoces de las gargantas ya se elevan y las camisetas blancas empiezan a tornarse vinateras, guste o no guste a la concurrencia. Es lo que hay, y lo que hay es lo que es.
Los hay más pausados que escogen acabar con un café y quién sabe si algún que otro espirituoso, léase gin tonic, chupitos u otras variedades. El caso es que ya queda menos para lanzarnos a lo más alto de la fiesta montados en el cohete que prenderá Raúl Bernal y nos va a pillar en la mejor disposición. ¡Salud y fiesta!