Sin lugar a dudas, Joselito Adame es uno de los toreros más queridos por la afición oscense. El diestro azteca regresará este miércoles 13 de agosto a Huesca para lidiar una corrida de El Pilar que tan buen regusto viene dejando en los últimos años. Junto a él, Roca Rey y Tomás Rufo.
Atiende a EL DIARIO DE HUESCA para analizar su temporada, en la que no va sobrado de contratos. Sin embargo, sabe que esta profesión es así de dura, y por eso se refugia en su fe. Este miércoles tiene una nueva oportunidad para enamorar a los oscenses, aunque sabe que, pase lo que pase, el cariño lo seguirá teniendo.
-Un año más en Huesca. Siempre es especial para usted volver aquí.
Sin duda. Desde la primera parte que pude torear aquí tuve una conexión muy especial. Es una fecha muy importante dentro de mi calendario taurino profesional. Estoy súper contento.
-Le vemos portar una pulsera en la que se lee: "Viva Huesca. Viva San Lorenzo".
Son regalos que me hacen llegar. Tengo una afinidad especial. Me llegan trenzas puntualmente también. Tengo muchos detalles de los aficionados y amigos cercanos.
-El año pasado nos quedamos con ganas de más después de esa tromba de agua que obligó a suspender el festejo. Salieron tres toros de El Pilar muy interesantes.
Sí, sí. La verdad que en ocasiones sucede. Era impracticable ya en el tercer toro. Creo que se queda para el recuerdo. Las tres faenas fueron muy buenas y desafortunadamente tuvo que suspenderse.
-¿Qué salud tiene en estos momentos la tauromaquia en su país natal, México?
Hicieron una ley para hacer las corridas sin sangre, algo que es inviable e impracticable. El toro tiene que expresarse y tener un punto de escape, liberar endorfinas. Tiene derecho a ganarse la vida. Es un animal de consumo; para morir y que se consuma. Hay unas autoridades que no lo comparten y no tienen la cultura. Hicieron una ley que fue aceptada por los senadores con la que no se van a poder dar corridas con los tres tercios en la Ciudad de México. Estamos luchando y metiendo amparos para darle la vuelta. Yo mismo metí un amparo en febrero y fue aceptado. Es una batalla que se perdió pero todavía hay mucho por hacer.
-Toreó en Madrid con la corrida de Lagunajanda. ¿Qué sensaciones le dejó su regreso a la capital del toreo?
Volví a Madrid después de tres años. Siempre quieres más y no tuve una tarde como la que hubiéramos deseado. Cuando no se triunfa es una insatisfacción y no salí contento de ese día, pero las tardes en Madrid son difíciles y duras.
-Es muy complicado que se reúnan todas las claves en el toreo para que salga una buena tarde.
Sí. Los toreros vivimos por y para nuestra profesión. Para poder triunfar tienes que poner de tu parte, pero el toro también. Sabes que hay que poner todo tu empeño y tener una preparación milimétrica.
-¿Hacia dónde va el nuevo toreo, el más moderno?
La tauromaquia es emoción. Es personalidad. Como cabe el valiente, cabe el más artista. Es lo bonito de la diversidad de la tauromaquia. Creo que en este mundo cabe los polos opuestos. Creo mucho en la personalidad de los toreros. Uno que es auténtico y que tenga ese arrojo, valentía y arte, empatía con el aficionado, es el que va a trascender.
-Estamos viendo a mucha afición joven. De hecho, en la Feria de la Albahaca hay un "Día de la Juventud".
Después de muchos años, ahora es cuando la tauromaquia tiene más aficionados jóvenes. Hay una asistencia tremenda y ha sido un revulsivo tras la pandemia. Quisieron prohibir la tauromaquia, privar nuestros gustos y nuestra cultura. Ha sido un revulsivo para el mundo y para la vida.
-Para terminar. Se medirá a toros de El Pilar. Una ganadería que conoce bien. ¿Los ha visto? ¿Cómo valora la corrida?
Conozco bien esta ganadería. Tiene un gran fondo y hay que torearlos bien. Por superstición, no me gusta ver a los toros antes de torearlos. Para eso tengo a mis apoderados que se encargan de eso. Intento apartarme un poco para que la cabeza no vuelve tanto. Sé la ganadería y la conozco bien. Hace un mes estuve toreando unos toros ahí y tengo mucha fe depositada.