Leonardo abre la puerta grande en la última tarde de la Feria Taurina de La Albahaca

El rejoneador pacense cortó dos orejas de su primer toro y salió a hombros en la corrida que cerraba la feria. Un apagado Diego Ventura se fue con un trofeo

Adrián Mora
Periodista
14 de Agosto de 2022
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Leonardo ha sido el triunfador de la última corrida de la feria. Foto: Jacques Valat
Leonardo ha sido el triunfador de la última corrida de la feria. Foto: Jacques Valat

Floja y sin raza última corrida de la Feria Taurina de La Albahaca 2022 celebrada este domingo que sirvió al rejoneador Leonardo para abrir la puerta grande después de una emocionante faena a su primer toro. El portugués Rui Fernandes erró con el rejón de muerte en sus dos oportunidades, mientras que un apagado Diego Ventura cortó una única oreja.

Se presentaba el último festejo de una de las ferias taurinas más esperadas de la historia de la ciudad. Después del largo parón por la pandemia, una corrida de rejones se volvía a celebrar en Huesca con un cartel que hizo llenar algo más de tres cuartas partes de los graderíos. Se arrimó Leonardo al tercer toro de la corrida buscando que aflorara la emoción en el público. Buenas banderillas en su ejecución y posteriores piruetas sobre el caballo que demostraron el dominio del rejoneador. La cumbre llegó con las banderillas a dos manos de frente con las que hizo levantar al público oscense. La estocada, en dos tiempos, le hizo dar la vuelta al ruedo portando dos orejas.

El animal que cerró feria fue un muermo total. Un flojo animal sin motor para el que Leonardo tuvo que armarse de paciencia. Quiso llevar al clímax al público con un par de banderillas a dos manos que erró. En la segunda oportunidad sí que clavó bien. Una banderilla corta y un beso en la cabeza del toro del rejoneador cerraron la faena y la tarde que se quedó sin mayor premio al pinchar hasta dos ocasiones con el rejón de muerte.

Estuvo voluntarioso Rui Fernandes con sus dos bureles. El primero, de poco celo. Poco a poco se asentó en el ruedo con el rejón de castigo y las posteriores banderillas, bien ejecutadas. Pinchó a la hora de matar a un toro que más que eso era un mulo y que llegó sin una gota de fuerza al final de la faena. A su segundo lote, un toro muy escurrido, mansote y sin raza, le banderilleó al quiebro buscando la extravagancia rejoneadora. El animal se clavó en el centro del ruedo y no hubo manera de sacarlo de allí. Nula transmisión en una faena que terminó con un pinchazo a la hora de matar.

Lo que en la previa era una esperanzadora presencia, al término de la feria terminó en una decepción. Diego Ventura regresaba a Huesca con las expectativas muy altas, acordes con la trayectoria del rejoneador pero perdió trofeos porque no acertó con los aceros. A la hora de torear, a un animal complicado que fue de más a menos, le costó llevarlo por buen camino. La ovación no llegó hasta la colocación de las banderillas cortas por la espalda. Ese fue el momento de más emoción. Luego, lo remató a las primeras de cambio pero necesitó el descabello para terminar la faena.

Anduvo apagado, como desmotivado, el bueno de Diego Ventura. Impropio de un rejoneador con un carisma redondo capaz de hacer enloquecer al público en cualquier terreno. No fue el mismo Ventura que se apreció años atrás en Huesca. En su segundo toro, el quinto, levantó a su caballo sobre dos patas para arrancar el ardiente aplauso de la gente y banderilleó bien, con la certeza que se le acostumbra. Empezó al quiebro un correcto tercio de banderilas y lo cerró con cortas al violín para redondear. Mató mal a un nuevo manso de la ganadería Campos Peña y empleó el descabello para cortar una "oreja de público".

 

FICHA DEL FESTEJO:

Seis toros de la ganadería de Campos Peña, de poca raza y mansos.

Rui Fernandes: oreja y silencio.

Diego Ventura: silencio y oreja.

Leonardo: dos orejas y petición.

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