El milagro Elenco anti-apagón: lección a Índigo, amor al buen arte y respeto al público

La interpretación de la parte final de la jota de La Dolores sin sonido ni luz por una incidencia eleva al máximo la emoción tras un concierto fantástico

14 de Agosto de 2023
Guardar
El milagro de Elenco: ni el apagón puede con su arte

La jota es una lección permanente que acude presta a socorrernos ante cualquier tesitura que nos pone por delante la vida. A las 22:26 de la noche del domingo, un inoportuno apagón ha dejado sin luz y sin sonido la Jota de la Dolores en el cénit, cuando los corazones van al ritmo de las voces y de los vertiginosos movimientos del cuadro de baile. Y, sin embargo, no ha habido impedimento para que el folclore siguiera fluyendo todo lo que daban las voces y con bailadoras y bailadores en revolución rítmica. La capacidad de reponerse a la adversidad, la manera maravillosa de ensalzar el arte por encima de todo, con el techo celeste oscuro como única cúpula y el poderío humano como herramienta, ha contagiado al público que se ha levantado de los asientos como un resorte para ofrecer una ovación hermosa, larga, intensa. Y, entonces, un observador llegaba a la conclusión de que no hay Scala de Milán ni Liceo de Barcelona que congregue tanta verdad, tanta pulcritud y tanto amor a la música como los que han confluido en el Paseo Carlos Vidal del Parque Miguel Servet.

Los cientos de espectadores hemos sido unos privilegiados de este prodigio. Con eso, había quedado colmada la ración de felicidad con la que han acudido cada noche a las 21 horas al mágico escenario. Y, sin embargo, los artistas de Elenco Aragonés han decidido obsequiar con su bis particular, la mitad de la exigente jota una vez repuesta la plenitud de sonido y luz. Un detalle que expresa una magnitud. Y que, pasándolo por el tamiz de la actualidad y por la condición eterna de la jota, bautiza el "milagro Elenco anti-apagón": dar una lección a Lola Índigo (que dejó a miles de personas sin su espectáculo por un "quítame allá esas pajas" de un puntito de la pantalla), elevar al máximo rango el amor por el buen arte y dejar claro que toda buena actuación pasa por el máximo respeto al público.

El Homenaje a San Lorenzo es la creación propia de Elenco Aragonés que ha sido explicada en la presentación discreta y brillante de Pablo Gracia y el repertorio además ha empezado arriba del todo, con la pequeñita Julia, de cuatro años, entonando con naturalidad desbordante "Tuvieron una batalla", con Álvaro y su "Con coraje y con bravura", con "El silencio de Sijena" de Naya Lapuyade y con Dani en "Las fronteras".

Se ha tirado en el intermedio por las Goyescas bailadas, que dan pie a Javier Cao "Y se crio en el Rabal", y Loreto Monaj con "Bien se ve" de Imperio Argentina. Al Fandango Monegrino se aplican, y luego interpretan José Antonio "Una madre la hizo grande", Agustín "Lloraba porque quería" y Ana Lacoma "Pyrene", un paseo por las montañas. Tiene mucho de aire monegrino Elenco Aragonés, si no que se lo pregunten a Antonio Torres que habrá disfrutado de esta velada con su sonrisa bondadosa desde allí arriba.

La Jota del Ta y el Te arraiga las jotas navarra y aragonesa, como siempre ha sido, asegura Pablo, y pone a todos en danza con una potencia descomunal. Ahí va de nuevo Javier Cao con el Romance a Agustina y su personalísima voz en tributo a las heroínas de los Sitios de Zaragoza. Y emergen, cuando pasa la hora del espectáculo, dos dúos portentosos, María con Naya y Loreto con Javier Badules, que dan pie a La Rosa del Azafrán, armonía en movimiento.

Oración a lo más alto de Javier Badules, el bicampeón mundial de la jota (mérito en el que es único de la provincia de Huesca, con "Tres salves diarias rezo", una pequeña delicia impregnada de emoción de la que hace saltar las lágrimas.

Es tiempo de cerrar, aunque no se mueve un alma. Una niña se ha dejado seducir por la magnitud de tanta verdad y semeja la Muchacha en la Ventana de Salvador Dalí, apoyada en este caso en el escenario para no perder un detalle (lo verá, querido lector, en el video y en las fotografías aquí adjuntas). El resto del público no mueve una pestaña. El Canto de Aragón da paso a la jota de La Dolores. Todo está preparado para el broche de oro impoluto. Y llega el apagón. Y la jota que, desafiando las leyes físicas, sigue sonando y sigue bailando por encima de la desaparición de la electrónica. Y es el momento más místico y más esclarecedor de lo que representa la autenticidad de la jota. Y, en oscuridad, el público prorrumpe en un aplauso sentido, cariñoso y de admiración. Lo que se ha visto es un milagro. Uno más de nuestro folclore. En su condición más sublime. En la de Elenco Aragonés.

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante