Han asumido cientos y cientos de oscenses una mímesis con el espíritu y el desenlace terrenal de San Lorenzo. Eran conscientes, al acceder a la Basílica, que un a modo de honor iba a poner a prueba su capacidad de soportar temperaturas altísimas, de canícula laurentina. Pero también sabían que varios soplos de aire fresco les iban a aliviar una sensación de desasosiego. Por un lado, los abanicos propios. Por otro, más profundo, la irrupción de los Danzantes en ese contraluz hermoso de su entrada por la gran puerta y, especialmente, ese dance con el más bello fondo de escenario, el altar mayor del templo. Con ellos, produce escalofríos la gran participación de oscenses ataviados con trajes regionales, desafiantes de la torridez ambiental.
Como anfitriones, el párroco, Nicolás López Congosto, y por elevación el administrador apostólico de la Diócesis, monseñor Vicente Jiménez. La Real Cofradía de San Lorenzo, con sus mejores galas y el prior Joaquín Almerge Lax. Y la representación de la ciudad con Lorena Orduna, que ha agasajado a visitantes arraigados en la causa laurentina como la vicepresidenta del Gobierno, Mar Vaquero, el consejero de Turismo, Manuel Blasco, y la consejera de Bienestar Social, Carmen Susín, además del presidente de la Diputación, Isaac Claver, el subdelegado Carlos Campo y representantes de otras administraciones provinciales y regionales.
Bajo la dirección musical del Coro Ars Nova, la ceremonia transcurre entre verdades de las Lecturas: El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará. Y el que quiera servirme, el Señor lo premiará.
Toma la palabra, con voz rotunda y plagada de verdad, monseñor Vicente Jiménez en su estreno oratorio en un 10 de agosto en Huesca. Presenta al venerado. "Este es San Lorenzo que se entregó a si mismo al servicio de la Iglesia". Patron principal de DIócesis y titular de la Basilica". Nacido en Huesca el 31 de diciembre de 225, con lo que el próximo año se. cumplirán 1800 años que serán celebrados "con dignidad y esplendor". Ha remembrado a sus padres, Orencia y Paciencia.
San Lorenzo resplandece "fiel en el servicio y glorioso en el martirio", y ha recomendado "amar lo que amó y aprender lo que nos enseñó"
Del martirologio romano, se desprende que, tras recibir del tirano la orden de entregar los tesoros de la Iglesia, "le presentó a los pobres a los que había dado los bienes" de la institución, por lo que en el año 258 fue sometido a martirio en la parrilla y su cuerpo entregado a Roma. San Lorenzo es el tercer patrón de Roma y a él están dedicadas 34 iglesias y capillas de la capital italiana. "Ha sido un verdadero ministro y servidor de los pobres". Incluso, ha merecido el nombre de uno de los fenómenos astronómicos de estos días, las Lágrimas de San Lorenzo, las Perseidas que evocan con sus carbones ardientes las circunstancias del martirio.
DE PERMANENTE ACTUALIDAD
Monseñor Jiménez Zamora considera que el mensaje de San Lorenzo está de "permanente actualidad. Es el testimonio de la fe. Grabémoslo bien. Mártir significa testigo. Estamos en una cultura icónica de la imagen, en la que el hombre cree más a los testigos que a los maestros, confía más en la experiencia que en la doctrinca. Cristo es el testigo por excelencia y el modelo cristiano consiste en celebrar la fe y testimoniar con alegría".
Ha alertado del enfriamiento de la fe y la debilidad interna en las comunidades cristianas. "La doctrina se transmite por la enseñanza, el comportamiento ético por el ejemplo y la fe por el testimoio". Y, en este sentido, ha sostenido que el teestimonio evangélico ha de trasladarse a "la atención a las personas y a la caridad con los que sufren. Contrasta con el egoísmo y se hace las pregunras precisas. Trabajar por la paz y la justicia es testimonio cristiano".
"En el centro de todo está la persona, el hombre, la fe y la caridad. La una sostiene a la otra y mira a los pobres, los marginados, los excluidos. Los pobres son la carne de Cristo". Ha agregado que nos encontramos de nuevo con las raíces históricas de nuestra fe, con palabras y obras, para progresar en amor y unidad, y que se renueven las comunidades cristianas. "Que el Espíritu Santo renueve los caminos de la Iglesia Diocesana" para estar con la alegría de los niños, la ilusión de los jóvenes, el dolor de los enfermos, el sereno atardecer de los mayores, los proyectos del ayuntamiento. "Tenemos que insistir más en lo que nos une que en lo que nos divide".
Ha concluido el administrador apostólico con dos estrofas del Himno a San Lorenzo cantadas en las Completas de la víspera:
"San Lorenzo Patrono de mi tierra, de esta tierra bendit de Aragón, que en su alma ceosamente encierra siempre via la llama del amor·. "Aceptad nuestra ofrenda perfumada con el mejor perfume: la oración, y vierte sobre Huesca y sobre España la dulce gracia de tu bendición".
Y, con una voz portentosa, monseñor Vicente Jiménez ha proclamado y conseguido la unidad en este testimonio: ¡VIVA SAN LORENZO! Y el templo ha retumbado con la respuesta unífoca de todos.