Los Danzantes de Huesca, que inspiraron a grandes creadores como Ramón J. Sender o divulgadores como Federico Balaguer o Bizén d'o Río, han vuelto a emocionar a Huesca y a los oscenses, a la par que asombraban a los visitantes que han conocido la más bella expresión artística de fe de San Lorenzo. Los segundos lo hacen por la vía de los hechos, cuando empiezan a evolucionar los cuadros desde el Dance de Espads. Los primeros, los propios, sienten ese escalofrío desde que van llegando nuestros referentes a la Plaza basilical.
Ese precioso sobrecogimiento se barniza de admiración al apreciar los trajes de los danzantes, cada uno con su simbología en sus atuendos desde los pantalones y las camisolas a las bandas, los pañuelos y los palos. Han llegado con la sonrisa incorporada de serie, y una muy especial, la de Lorenzo Ara, uno más de la saga de los Fortico para la causa.
Este año, con motivo del 1800 aniversario del nacimiento de San Lorenzo, los danzantes han cambiado su tradicional recorrido: en lugar de salir desde la antigua Botería, lo han hecho por primera vez desde la Basílica. El párroco, Nicolás López Congosto, ha bendecido a todos sus componentes, emocionados y agradecidos. En el recuerdo, Mariano Claver y Fernando Esperanza, danzantes eternos fallecidos en los meses anteriores. Antes de comenzar, dedicaron una oración al santo y posaron para fotografías familiares.
Y, a la arenga del mayoral, Francisco San Emeterio, ha sonado con la Banda de Música el Dance de las Espadas de Valentín Gardeta. El "Aura" mítico de los mayorales se sobreimpresionaba sobre las evoluciones, todo sentimiento de la agrupación que preside Jorge Escario, piel de gallina de toda la plaza.
Los palos viejos han rebumbado con sus cruces y los choques al son de Valentín Gardeta. Golpes contundentes que explican precidamente la firmeza de los labradores en sus tareas del campo.
Uno de los riesgos del dance de las cintas se ha consumado, y es que la perfección solo es celestial. Al comienzo un problemilla de enredo en la complejidad ha vuelto a obligar al reinicio entre los aplausos del público, que no quiere sino sentimiento e identidad. La música de Emilio Gutiérrez configura una preciosidad de vals con plenitud festiva, con armonía.
Turno de los palos nuevos con su ritmo más vivaz como concibió el autor musica, Bienvenido Susín "Molinero de Morana", que fuera danzante y mayoral de la Agrupación.
El momento del relevo, el de la confluencia en el mismo cuadro de cuatro Forticos, con Lorenzo Ara dándole el testigo a su hijo, también Lorenzo, en el llamativo El Degollau, que lleva la firma de Francisco Román Aguilar.
Así se ha producido despedida de Lorenzo padre, que tras 35 años bailando, lo ha hecho por última vez. “Es un final, una sensación distinta. Muy orgulloso de ceder el testigo a mi hijo”, ha declarado. El repatán ha tenido el gesto de permitir que bailaran juntos los cuatro miembros de la familia: Lorenzo padre e hijo, y sus sobrinos Abraham e Ibón.
Lorenzo hijo, que ha lucido la banda de su abuelo y unos pantalones confeccionados con la tela de de su antecesor, ha confresadoque esperaba más nervios, pero se ha sentido tranquilo.
La repetición del Dance de Espadas ha cerrado el acto, y esta vez ya el público desatado con las palmas, saltando y soñando ser uno de los héroes sencillos de esta ciudad, de aquellos que desde hace siglos nos entregaron la más bella muestra de cómo sentirnos devotos de San Lorenzo y orgullosos de nuestra tierra. Los vítores han sido enormes y las lágrimas han saltado en el rostro de Lorenzo Ara. Media hora larga de otra actuación histórica.
Pablo Andreu, que vive su segundo año como danzante, también ha afrontado el día con calma y ha señalado que su baile favorito es el Degollau, el último que pudo compartir con su padre el pasado día 15.
Jorge Martín, el repatan, ha confesado que cada año mantiene “una conversación con Lorenzo”, no para pedir favores, sino para que “esté vigilante y con la familia”. Este año, además, ha solicitado su protección para un amigo que atraviesa un momento difícil
Y San Lorenzo, desde su predio basilical, ha esbozado una sonrisa de aprobación y de alegría de la gran actuación de los Danzantes. Es fiesta en Huesca... y es por ti