El Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca (Proyecto Hombre) ha desarrollado este martes 5 de agosto una acción en la Plaza Navarra, con vistas especialmente a las Fiestas de San Lorenzo, para concienciar a la ciudadanía sobre los riesgos del consumo de alcohol y otras sustancias, especialmente entre los jóvenes. Bajo el lema de su campaña “Tú eliges”, la entidad ha instalado una mesa informativa donde ha repartido material preventivo y recursos educativos, apelando a la responsabilidad individual y colectiva durante los eventos festivos.
La actividad, que ha tenido lugar entre las 11:00 y las 13:30 horas, ha ofrecido recomendaciones prácticas para promover un ocio más saludable. Además, las personas que se han acercado han podido llevarse camisetas y tote bags con el mensaje de la campaña, reforzando así el compromiso con unas fiestas más seguras.
El psicólogo Alan Medal, miembro del equipo técnico, ha advertido sobre la edad temprana en la que muchos adolescentes comienzan a consumir alcohol: “Empiezan a convencerse de que para pasarlo bien hay que beber. Y muchas veces, es la propia familia o entorno adulto quien facilita el acceso al alcohol”, ha explicado.
Además, se produce una normalización preocupante del consumo durante las celebraciones: “Lo hace el padre, lo hace el profesor, lo hace el entorno... parece que no pasa nada. Pero sí pasa. Hay peleas, hay agresiones, hay comas etílicos, hay consecuencias reales que muchas veces no se ven porque ocurren de madrugada o fuera del foco”. Desde el centro insisten en que estas situaciones se pueden prevenir con más información, conciencia y diálogo.
"Hay jóvenes que lo pasan realmente mal después de una noche de excesos"
También ha alertado sobre el consumo excesivo de alcohol y cannabis, dos sustancias que se asumen como parte del ocio habitual. “Hay jóvenes que lo pasan realmente mal después de una noche de excesos. Nosotros tratamos de visibilizar eso que muchos creen que no ocurre”, ha añadido Medal.
La campaña “Tú eliges” invita a la ciudadanía a asumir una mayor responsabilidad. “El alcohol está profundamente normalizado, pero sus efectos son reales y muy graves”, ha afirmado. El objetivo, es prevenir situaciones críticas antes de que lleguen al centro como urgencias personales, familiares, sociales o laborales.
Proyecto Hombre Huesca trabaja en dos líneas complementarias: la prevención y la atención directa a personas con problemas de adicción. Esta acción se enmarca dentro de la primera, con el fin de evitar la consolidación de patrones de consumo problemáticos.
“Atendemos a personas con desempleo, rupturas de pareja, violencia de género, agresividad o problemas relacionales… Todo ello ligado al consumo, especialmente de alcohol”, observa Medal. Aunque en el centro también se tratan casos vinculados al consumo de cocaína o speed, el alcohol continúa siendo la principal puerta de entrada, sobre todo en jóvenes.
"Es importante reivindicar otras formas de socializar: con agua, con un café, con infusiones…”.
Ha lamentado la asociación casi automática entre el alcohol y la vida social: “Vivimos en una ciudad como Huesca, ideal para las terrazas y la convivencia, pero todo gira en torno a la cerveza. Es importante reivindicar también otras formas de socializar: con agua, con un café, con infusiones…”.
En esa línea, ha destacado la necesidad de reforzar la autoestima y ofrecer alternativas de ocio: “No necesitan consumir para desinhibirse ni para sentirse parte del grupo. Queremos que vivan las fiestas desde el disfrute consciente, saludable y libre de riesgos”.
Aunque ha reconocido que Huesca cuenta con buenas políticas sociales y una oferta de ocio dirigida a la juventud, ha remarcado que el problema radica en la fuerte normalización del consumo. “Todo parece girar en torno al alcohol, y eso es lo que hay que empezar a deconstruir”, sostiene. También ha observado que muchas actividades alternativas no son conocidas ni valoradas porque no están asociadas a la cultura del consumo.
Añade que la falta de interacción entre generaciones es otro factor que limita una convivencia más comunitaria: “Vivimos como separados: los adultos por un lado, los jóvenes por otro, los niños aparte… y eso rompe dinámicas que podrían ser enriquecedoras para todos”.
Desde el centro, se ha apostado por una implicación activa de las familias desde la prevención, fortaleciendo relaciones de confianza y límites saludables. Medal ha señalado que “son las mujeres, las hijas o los hijos quienes dan la voz de alarma” cuando la situación se desborda, lo que demuestra la necesidad de actuar antes de que los problemas se agraven.
“Huesca es una ciudad preciosa, y también puede ser un ejemplo de cómo construir una sociedad más sana y consciente”, ha concluido Medal.
RESPONSABILIDAD
Por su parte, el director del centro, Alfredo Carrera, ha coincidido en la urgencia de romper con la normalización del alcohol. “El objetivo es concienciar a la ciudadanía sobre la responsabilidad que tenemos ante el consumo de alcohol y evitar aceptarlo como parte de lo cotidiano”, ha indicado.
También ha realizado un llamamiento a la participación activa de adultos, jóvenes y familias: “Queremos que lo hablen en casa, que se trabaje y se aborde sin tabúes”.
De las 300 personas que atienden al año, aproximadamente la mitad lo hacen por problemas directamente relacionados con el alcohol, que suele estar en la base de muchas situaciones y que a veces da origen y se superpone con el consumo de cannabis, ludopatía u otras drogas.
El perfil más frecuente corresponde a personas de entre 30 y 55 años, cuando los problemas ya se han cronificado, con secuelas personales, familiares y sociales.
Ha subrayado la necesidad de reforzar las estrategias preventivas y la sensibilización social, con el objetivo de anticiparse a los consumos problemáticos antes de que se conviertan en situaciones de exclusión o sufrimiento.