Al igual que ocurre con Dios, el hombre propone y San Lorenzo dispone. No es que al patrón le guste la imagen de miles de jóvenes con las camisetas moradas por el riego de vino que ha impuesto el uso consuetudinario, pero la realidad es la que es y la ciudad está invadida de chavales que han teñido su blanco.
La Plaza de la Catedral, más de una hora antes del lanzamiento del cohete anunciador para el inicio de las fiestas de San Lorenzo de 2025, está llenándose de jóvenes que prácticamente tienen copada ya el centro del universo oscense.
Bien almorzados y pletóricos de alegría, con esas mariposas que rondan los estómagos (probablemente mareados por esos vinos de garrafa que afortunadamente en gran medida se quedan en el exterior), los chavales están bailando los dances laurentinos y músicas posmodernas. Ya queda sólo una hora para lanzar las fiestas y todos estos cientos de mozas y mozos están ya preparados para empezar a botar e invadir las calles de espíritu laurentino.