Un valiente Fonseca destaca por encima del resto con unos Maños sin raza

El valor y la torería del joven mexicano fue lo más destacado de la apertura de la Feria de La Albahaca. Ferrera y Garrido, negados, no tuvieron su tarde

Adrián Mora
Periodista
10 de Agosto de 2023
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Isaac Fonseca, en Huesca, con su segundo animal. Foto: Carlos Jalle
Isaac Fonseca, en Huesca, con su segundo animal. Foto: Carlos Jalle

Ficha del festejo:

Seis toros de la ganadería Los Maños, muy bien presentados pero de escaso juego. Resaltó el tercero por su cara. Televisada por primera vez en la historia en directo por OneToro.

Antonio Ferrera, de blanco y oro: pinchazo y estocada (silencio). Puntilla. (silencio).

José Garrido, de aguamarina y negro: pinchazo, media estocada y descabello (silencio). Pinchazo y descabello (silencio).

Isaac Fonseca, de verde pasto y oro: pinchazo (silencio). Pinchazo y estocada (silencio).

En días de mucho, vísperas de nada. Todo lo bueno que tenía la corrida de Los Maños en los corrales y que comentábamos el martes cuando aterrizaron en Huesca, se lo dejaron precisamente ahí dentro. La primera de abono de la Feria Taurina de La Albahaca 2023, bajo un calor sofocante, ha contado con unos toros descastados, sin raza, algunos peligrosos, con un punto de maldad y con escasa calidad y prontitud. La única nota positiva ha sido Isaac Fonseca, el joven torero mexicano que sí ha sacado a relucir la raza, ha llenado de emoción unos tendidos que tenían sed de toros.

Al "Huracán de Morelia" le ha tocado en suerte el toro más espectacular de la corrida: el tercero. Muy abierto de pitones. El mexicano, que no cumple ni un año como matador de toros, lo ha recibido con buenos capotazos. Es aire fresco. Un valiente inicio, de mucha emoción, ha encandilado al público. Se ha ido a las Peñas desde el principio y allí ha arrancado los primeros "¡olés!". Ha ligado un par de tandas muy sentidas, con mucha ligazón y entre medias ha sufrido un pequeño revolcón, sin consecuencias. El toro no era sencillo. Acto seguido, "el Maño" le ha dado una voltereta fea y espectacular. Ha sido un milagro que no pasara nada porque el toro ha clavado la cara fijamente con Fonseca en el suelo. Al igual que con su segundo animal, ha errado con la espada.

El inicio en su segundo ha sido igual o todavía más emocionante. Lo ha recibido de rodillas con el capote, con un pequeño susto que no ha ido a mayores. Unas bellas chicuelinas junto al tendido de sol y un brindis al Chimy Ávila, el comandante presente en el callejón del coso taurino, que ha terminado por arrancar varios cánticos, sobre todo desde el sol.

Se ha vuelto a ir al "piso", como en dicen en su tierra, con las rodillas en el albero, demostrando una vez más el inmenso valor que aguarda en su ser. Es joven y quiere comerse el mundo. Le da igual torear en Huesca que en Madrid. Por cierto, este mismo mediodía el propio Fonseca conocía que estará acartelado en la próxima Feria de Otoño de la capital de España. Un reconocimiento a todas luces de la empresa que gestiona la plaza. "¡Viva México!", se ha escuchado desde la grada de sombra. La faena no ha sido rotunda, pero sí ha tenido emoción porque el toro ha embestido con buen sentido. Por el pitón izquierdo no ha tenido tanto recorrido ni profundidad. Se ha ido a por las dos orejas con un cierre con manoletinas, pero el acero, una vez más, ha vuelto a estar en su contra.

Antonio Ferrera ha pasado prácticamente desapercibido por Huesca, en una plaza que siempre le ha brindado mucho pero que este jueves no ha sido así. Ha abierto la feria un animal de nombre Corbeta que ha entrado tres veces al caballo, lo nunca visto aquí. Firmes pares de banderillas a cargo de Joao Ferreiro, Ángel Otero y Alberto Carrero. Lo ha intentado con la muleta el diestro pero se ha encontrado con una mansedumbre de poca raza y prontitud, muy desconcentrado y de embestida corta. Ha carecido de fijeza. Pinchazo y silencio.

A la muerte del primero ha intentado saltar un espontáneo al coso pero el personal de la plaza primero, y la Policía Nacional después, han hecho un gran trabajo para reducirlo y echarlo de la plaza. Un intento de protagonista que buscaba su minuto de gloria.

Poco que resaltar del segundo coletudo de Ferrera, que ha entrado tres veces al caballo. Le ha arrancado algún muletazo aunque sin emoción, con muy poquita transmisión. Antes de que incluso el diestro cogiera la espada, el toro se ha tumbado y ahí se ha pegado dos minutos. No ha tenido que hacer falta ni coger el acero: ha pedido la puntilla y el presidente la ha concedido. Una faena que no recordará nadie. 

Sin pena ni gloria ha pasado José Garrido por Huesca. Nefasta tarde para el extremeño, que ha comenzado con mucha garra con el saludo capotero y un remate con media verónica con mucho gusto y emoción. La réplica ha llegado con el capote de Fonseca, que ya ha dejado ahí destellos de lo que podría venir después. Apenas ha podido Garrido ligar muletazos, no se anduvo con chiquitas para abreviar. Demasiada poca raza en un animal con un toque peligroso que embestía recto, eso sí, más cuajado que el primero de la tarde. Poco de donde rascar.

Y el segundo de su lote ha tenido muy poco fondo, con una embestida fea. Le gustaban los adentros y apenas tenía celo y raza. Su embestida se ha consumido como una mecha. Un visto y no visto. Como los destellos de Fonseca; aunque dicen que lo bueno, si es breve, es dos veces bueno.

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