Aratorés, en el Valle del Aragón, despidió el pasado fin de semana sus fiestas en honor a San Juan Evangelista con un programa cargado de actividades para todas las edades, que reunió a vecinos, visitantes y muchos jóvenes en un ambiente festivo y participativo.
Las celebraciones comenzaron el viernes con el popular codetazo y la cena de alforja en la carpa festiva. La música corrió a cargo del Trío Mirada, que animó las sesiones de tarde y noche, con bingo incluido durante el descanso. Pese a la noche fresca y el cierzo, la carpa registró un gran ambiente.
El sábado arrancó con juegos infantiles que reunieron a numerosos niños, premiados con regalos tras participar en las pruebas. La jornada continuó con una comida popular que llenó la carpa, servida por el restaurante El Cobertizo.
Por la tarde se celebró el tradicional concurso de guiñote en el local social, con buena participación de parejas y presencia destacada de jóvenes. La final se resolvió con la victoria de Miguel Ángel Azón y Juan Antonio Pérez, de Jaca, mientras que el segundo puesto fue para Juan Carlos e Ignacio Cebrián, de Aratorés.

El programa siguió con la actuación de Marta Zapata y su espectáculo Magia sin complejos, que divirtió a pequeños y mayores. Más tarde, el Trío Pulso Musical puso ritmo a la fiesta y sirvió de marco al concurso de disfraces infantil y, ya de noche, al de adultos. Ambos registraron gran calidad y originalidad, con la pista de baile llena hasta altas horas.
El domingo, día grande, comenzó con la misa en honor al patrón y el posterior vermú. La amenaza de tormentas condicionó la tarde, por lo que el Parque Infantil Saltarín se instaló en la carpa. A continuación, una concurrida chocolatada con torta puso el toque dulce a la jornada antes de la traca final. Apenas sonó el último cohete, el cielo descargó una tormenta que, pese a su intensidad, no causó daños.
Como prólogo a las fiestas, la Asociación Cultural Vecinos de Aratorés organizó la semana anterior una charla-coloquio sobre la despoblación en el Valle del Aragón, impartida por Cristian Laglera Bailo. La cita, celebrada en la antigua Escuela y actual local social, reunió a cerca de 60 asistentes y despertó momentos muy emotivos con la proyección de un reportaje fotográfico sobre la evolución de los pueblos afectados por este fenómeno.