El despoblado de Caserras del Castillo ha celebrado su fiesta anual en honor a su patrono San Ramón Nonato con el reencuentro de más de un centenar de familiares, amigos, emigrados, descendientes del lugar y vecinos de las proximidades como Estaña, Mas del Pilaret, Camporrells, Estopiñán, limítrofes de La Litera y Baja Ribagorza. La alcaldesa y autoridades de Estopiñán del Castillo, municipio al que pertenece Caserras, asistieron a todos los actos honrando a los caserrinos con su presencia y habiendo sido partícipes del cuidado de las infraestructuras (arreglo de caminos, cementerio, generador de electricidad…) necesarias para el buen funcionamiento del municipio. Otras cuestiones como la consolidación de la torre y de la ermita de Santa Sofía, proyectos en marcha, siguen en proceso de solución.
Un programa sencillo pero agradecido ha inundado el día de alegría donde todos, grandes y chicos, han disfrutado de los juegos de “palitrocs”, algunas carreras para las peques; la misa en la era junto al pilaret de Santa Sofía y San Ramón Nonato, la visita al cementerio donde se ofrenda un ramo de flores en recuerdo de sus desaparecidos habitantes; la asamblea de socios por la Agrupación Cultural y Recreativa So Nostre que conmemora su 46º aniversario así como el décimo cuarto aniversario del local construido para sus reuniones y celebraciones; y la comida de convivencia con el bingo al finalizar la misma y baile.
Sí, Caserras es recordado por sus gaiteros pues en las fiestas de septiembre del Santo Cristo y San Vicente Ferrer de Graus, tradicionalmente, a las doce del día doce los grausinos con sus danzantes se llegan al puente de abajo para recibir a los “tres gaiteros de Caserras” que vienen a deleitar los festejos a todos con sus antiquísimos sones.
Ya a final de aayo de este año, rememorando la fiesta que se celebraba, llamada de “Las Reliquias”, La Cobla Ribagorçana estuvo en Caserras, con motivo del encuentro de gaiteros que suelen realizar, si no tienen otros compromisos, como homenaje a sus antepasados gaiteros. Fue verdaderamente emotivo, en el local, que dispone de buena acústica, donde además de deleitarnos con su música fueron explicando el origen y la historia de los sones y de las distintas gaitas e instrumentos que utilizan. Después se inició un pasacalles hasta la antigua fuente y lavadero dando un pequeño concierto y se hizo una foto de grupo. Fue una mañana de entrañable calor humano. Los músicos quedaron muy contentos tanto que han vuelto el día de la Fiesta Mayor de Caserras este sábado 2 de septiembre. Nuestro más sincero agradecimiento. Esperamos que sea posible repetirlo todos los años.
Esta vez, de nuevo las gaitas han sonado de manos de la Cobla Ribagorçana de Benabarre en la era caserrina adornada al lado del pilaret mientras han ido explicando cada una de las piezas y cantes al son de las gaitas, clarinete y pandereta desde el canto de llegada (tonada d´arribada) hasta el de despedida (tonada de comiat) en ribagorzano que dice: “Valtros us quedeu en lo mal d´orella (bis); nantros mo´n anam en la bolsa pllena”(bis)= (Vosotros os quedáis con el mal de oidos, nosotros nos vamos con la bolsa llena).
En Caserras permanece a merced del viento, el sol y la lluvia la torre -campanario- que se levanta sobre la roca como símbolo del castillo cuyos paños se adaptaron a la misma que sirvió de cimiento; separada de la iglesia en lo alto, esta torre ahora desprovista del tejadillo que lo era a cuatro vertientes asoma al aire a merced de la meteorología; también encontramos arruinada su iglesia de una nave orientada al norte de origen románico, muy modificada sucesivamente, pero en la que queda el ábside con arquillos ciegos de tipo lombardo.
Es casi imposible llegar hasta ella pues el paso del tiempo ha invadido de maleza el pueblo y el terreno ha perdido calles, plazas y pasos ahora ocupados por los restos de las derruidas casas. Sus ermitas de Santa Lucía y San Miguel se han perdido para siempre. Sólo la de Santa Sofía, románica, se mantiene en pie a la espera de una pretendida restauración. Fábrica del siglo XIII, de una sola nave con ábside al este con ventana en aspillera envuelta en arco de medio punto. Al interior cubierta de bóveda de medio cañón, toda ella de piedra sillar, que arranca en imposta de baquetones y parte decoración de bezantes; su portada al oeste con grandes dovelas. Merece la pena atender este patrimonio.
Había sido lugar importante Caserras según D. Antonio Ubieto nos dice en Historia de Aragón. Los pueblos y los despoblados I, pues ya se mencionaba a ½ del S. XI el Kastrum Serris que pasó a depender de la iglesia de S. Pedro de Ager por entrega del vizconde Arnau Mir de Tost, su conquistador, vasallo del rey de Aragón Sancho Ramírez. El vizconde lo pasó en herencia a su hija Valencia. En el S. XIII el rey Jaime I donó Caserras en feudo. Y el rey Juan II de Aragón ordenó en 1458 que se tomase posesión del castillo de Caserras mientras durasen los pleitos entre Felipe de Castro y Pedro Larraz.
Y podríamos continuar por las vicisitudes que ha pasado este lugar de la zona oriental de la provincia de Huesca, hasta llegar a la mitad del siglo XX en el que comienza su declive, que no su muerte, pues queda para siempre en la Historia y en sus habitantes y descendientes y la Agrupación Cultural y Recreativa So Nostre, que honran con su memoria y encuentros sus raíces.
¡¡¡Caserres víu!!!