Ayerbe ha vuelto a vivir este sábado una de sus jornadas más intensas y participativas de las fiestas patronales, con uno de los actos más esperados por niños y jóvenes: a las 18:00, el Madero Enjabonado ha puesto a prueba el estado de forma y la habilidad de este público. La cantidad de participantes y público,conforma que sigue siendo el gran atractivo que se preveía.
El quid de la prueba está en el jabón, que convierte el tronco en un reto resbaladizo y complicado. Cada intento ha arrancado los aplausos y las carcajadas del público, que anima a los participantes en sus ascensos y se divierte cuando la ley de la gravedad y el pringoso material abrazado a la madera les devuelve a la tierra. Muchos se quitan la camiseta al subir, para limpiar el recorrido y facilitar el intento o los posteriores.
Pablo Galatech ha sido el encargado, antes del inicio de la prueba, de colocar los premios y embadurnar el tronco con jabón. Después, ha sido uno de los que ha ayudado y dado el primer empujón a los participantes, para iniciar el ascenseo hacia los preciados trofeos.
La gran vencedora de la tarde ha sido Malena, una auténtica veterana del Madero Enjabonado. Su historia con esta tradición comenzó a los ocho años, cuando logró descolgar el jamón por primera vez. Desde entonces, lo ha conseguido en varias ocasiones, y este sábado ha vuelto a demostrar su destreza: en su primer intento ha alcanzado el clavo de la longaniza, se ha asegurado el agarre y, con decisión, ha trepado hasta lo más alto para hacerse con el jamón.
Su triunfo ha propiciado una gran ovación del público, que ha celebrado tanto la emoción de la competición como la continuidad de una tradición que pasa de generación en generación.
Pablo ha sido el otro gran protagonista, llegaba con una motivación especial. Desde hace años mantiene una disputa familiar con su primo, que es quien acostumbra a alcanzar el jamón, mientras él sólo ha llegado hasta la longaniza. El año pasado no pudo estar en Ayerbe, y en esta edición ha regresado con la ilusión de romper esa dinámica. No lo ha conseguido, ha vuelto a quedar en un meritorio segundo puesto, pero hay que reconocerle un mérito especial: Pablo ha subido varias veces al madero y ha limpiado distintos tramos distintos tramos del palo y facilitando el camino a sus compañeros.
Tras la emoción del Madero, la tarde ha seguido con música. A las 19:30 h. llegó el turno de Leti-Rumba con Ismael Ramírez, que ha puesto ritmo a la plaza con sus versiones y ha animado a bailar a los asistentes. A las 20:00 se han servido las tradicionales calderetas, un momento perfecto para compartir mesa, conversación y gastronomía popular.
La cita gastronómica más popular de las fiestas de Ayerbe ha vuelto a congregar este sábado a centenares de vecinos y visitantes. En esta ocasión, el encuentro ha llegado con un día de antelación respecto al calendario habitual, que suele reservar este acto para la jornada de cierre.
Las calles del municipio se han llenado de mesas, sillas y hornillos y a primera hora de la tarde las peñas comenzaron a preparar sus perolas. En cada rincón se han podido ver los sofritos, con el ternasco y la patata como base indispensable, a los que cada cocinero aporta sus “trucos”, como vino, coñac, avellanas o alcachofas.
Más de una veintena de peñas repartidas por las calles han compartido la cena con familiares y amigos, en un ambiente de hospitalidad que caracteriza a esta tradición. “Si no tienes peña, siempre puedes unirte a alguna, porque en cualquier sitio te dan de comer”, explicaban los asistentes.
Las calderetas se han convertido en un símbolo de la fiesta, transmitido de generación en generación, y que une la gastronomía con la convivencia. Y, tras la cena, quienes aún guardaban fuerzas han continuado la celebración al ritmo de la orquesta Manacor, llevando el baile y la fiesta hasta altas horas.