Los vecinos de Igriés han celebrado este sábado las fiestas del Olivar, con su tradicional romería a Cillas, con procesión hasta la carretera, misa y comida de hermandad, como manda la tradición.
La misa ha sido oficiada por el cura Rafael Gállego, de la congregación del Colegio San Viator, que ejerce como párroco de este y otros municipios. Según ha comentado después, ésta ha sido su primera participación en este evento, en el que ha transmitido mensajes de fe y reflexión sobre la relación con Jesús.
Gállego ha elogiado el ambiente festivo y la vitalidad de la juventud de Igrés, así como la excelente organización de las celebraciones, respaldada por la Asociación San Juan. "Es formidable el clima en las fiestas y en el discurrir cotidiano del pueblo", ha subrayado.
Nada más llegar a este emplazamiento, un grupo de vecinas y vecinos han descargado toda la intendencia para los preparativos de la comida, que han culminado tras la procesión y la misa. Mariángel Lopez, acompañada de su hija, Marta Navarro, recuerda ir a la ermita desde cría todos los primeros sábados de mayo. "Al principio traía cada uno su comida y ahora llevamos bastantes años haciéndola en común", señala.
María José Ordás explica que este año se han hecho 90 raciones de paella, aunque se esperaba la asistencia de 70 personas. Primero se ha preparado el sofrito de calamar, se han añadido almejas, mejillones, gambas peladas y langostinos, regado con un fumé casero. Además, se han servido ensaladas, platos de jamón y queso, y de postre, tarta de manzana elaborada en el horno del pueblo, helado y café.
"Igriés es un pueblo muy animado, con una juventud muy abundante y una organización de fiestas extraordinaria, una programación apoyada por la Asociación San Juan y es formidable el clima que logra en las fiestas y en todo el discurrir cotidiano del pueblo", ha asegurado el párroco.