Seamos sinceros, la economía española no va bien. Es una economía en decadencia y los que deberían intentar poner las bases para arreglar esto (Carlos Cuerpo, María Jesús Montero y Yolanda Díaz), sólo están agravando el problema. Cada dato es peor que el anterior. Incluso aquellos que están maquillados estadísticamente, como la tasa de paro con los fijos discontinuos. Sin embargo, el futuro no es más halagüeño. En el 2026, se nos vienen tres récords negativos de la economía pública, es decir, directamente responsabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez. Estos datos son: presión fiscal, deuda pública e intereses de la deuda.
- La izquierda española siempre ha dicho que España tiene una baja presión fiscal comparándonos con el resto de los países de la Unión Europea. Desde mayo del 2010, con las reformas de Zapatero, hasta nuestros días, esta presión no ha dejado de subir. En otras palabras, cada vez pagamos más porcentaje de nuestra renta en impuestos; y si nuestra renta no ha subido en términos reales en estos tres lustros, sólo significa una cosa: cada vez los impuestos son más altos. Y en el 2026 la presión fiscal a la que serán sometidos, de media, los españoles, será la más alta de la historia. Esto depende de los alcaldes, las comunidades autónomas y el gobierno nacional. Sin embargo, este incremento, en los últimos siete años es responsabilidad, casi absoluta de Pedro Sánchez y de los responsables de la Generalitat de Cataluña y País Vasco. Juzguen ustedes si el estado de los bienes y servicios públicos es el que se supondría ante el récord de ingresos tributarios.
- La deuda pública bate récords cada día. Es cierto que el récord histórico se consiguió en el año del COVID, aunque fue una causa del cierre anticonstitucional que realizó el Gobierno de Pedro Sánchez. Sin contar con esa cifra, y siguiendo los datos facilitados por el Ministerio de Hacienda, en el 2026 batiremos el récord histórico de endeudamiento público. Nunca, en la historia de la democracia, habíamos debido tanto dinero (y la mayoría a inversores extranjeros). Más aún, tras la Guerra Civil, no se debía tanto como se deberá en el 2026. Tener deudas es lo mismo que perder tu libertad o independencia. Tus movimientos se acotan. En el 2006, con las bases económicas puestas por Aznar y Rato, se consiguió reducir la deuda pública por debajo del 40% del PIB. El año que viene llegaremos al 130% del PIB (Estado, Seguridad Social y Comunidades Autónomas). Si el Gobierno está ingresando más que en la historia y tenemos los peores servicios públicos desde el comienzo del siglo ¿A dónde se está yendo tanto dinero?
- La deuda pública, como cualquier préstamo que se pide, se debe devolver con intereses. Hasta el 2022, el Banco Central Europeo nos ha ido comprando la deuda con intereses bajos, pero desde entonces los intereses han ido subiendo. Cuanto más pedimos prestado y menos confianza da el Gobierno de Pedro Sánchez, más intereses pagamos. En el 2026 el porcentaje del presupuesto nacional que pagaremos en intereses superará el 5%, y en algunos cálculos acercan este porcentaje al 6%. Igual unos porcentajes no dicen nada, pero si lo comparamos con otras partidas, el dato es alarmante. El pago de la deuda es equivalente a 1,5 veces el gasto en desempleo o 15 veces el gasto en justicia.
La economía española va mal. Y el camino que el Gobierno ha establecido para el 2026 es peor. Si no cambiamos nada será verdad, en lo económico, que África empieza en los Pirineos.