"Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo"

Sacerdote
29 de Octubre de 2023

Me gusta el Evangelio de hoy porque es provocativo. Los fariseos ponen a prueba a Jesús con una pregunta: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?”. Cuando Jesús es interrogado, debemos prestar muchísima atención a sus respuestas. Ellas son lecciones de vital importancia para cualquier época y cualquier sociedad. 

Mateo pone en labios de Jesús una respuesta madurada que, a mi modo de ver, sintetiza el sentido autentico del ser humano. “Amarás al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo”. El pueblo de Israel había fundamentado su convivencia en una serie de normas, en concreto 613 leyes. Diez, habían sido los Mandamientos que Dios había dado a su pueblo por medio del Patriarca Moisés. Jesús resume todas las leyes en dos: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Amar a Dios y al prójimo debe ser una misma experiencia que parte de mi persona hacia el otro y el Otro. Jesús nos está planteando un camino único de salvación, está uniendo dos mandamientos: “Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Dt 6, 5) y “… amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Lv 19, 18).

San Agustín sintetizó este mandamiento es una frase: “Ama y haz lo que quieras”. Así pues, si queremos cumplir todos los mandamientos solo hay que hacer una cosa: amar, amar y no cansarnos de amar. La propuesta de Jesús hace que rompamos con la idea que tenemos de dar gloria a Dios. Curiosamente, Dios no está por encima del prójimo, ni viceversa, sino en el mismo nivel, de forma que la experiencia de amar no es distinta.

No damos gloria a Dios amándole más que a nadie, sino amando más a nuestros hermanos. Por eso, si no somos capaces de comprender y aceptar a nuestros hermanos, difícilmente podemos dar el culto y la gloria que Dios merece. Son significativas las palabras en el discurso del Sermón de la montaña para comprender lo que Jesús nos está diciendo en este Evangelio: “… si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.” (Mt 5, 23 - 24).

Amar como Jesús.

Jesús nos viene a mostrar una nueva forma de entender la salvación. La cruz de Cristo es la manifestación suprema del amor; es en la cruz donde descubrimos el significado del amor: el amor es oblación, es compromiso, es camino, es sacrificio, es aceptación, es disponibilidad, es perdón, es comprensión, es silencio, es paciencia, es reconciliación, es anonadamiento... todo ello sin esperar nada a cambio y desde la libertad.