Aragón ha caído

Carlos Migliaccio Inciarte (*)
17 de Agosto de 2023
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Ana Alós y Carlos Escartín en la inauguración del Parque de los Mártires
Ana Alós y Carlos Escartín en la inauguración del Parque de los Mártires

Aragón ha caído. Las negras tormentas, las nubes oscuras y todo eso.

Aragón ha caído. Como antes lo hicieran otras comunidades de esta España que empujan a marchas forzadas hacia el abismo de una repetición (nunca exacta, pero con unos parecidos francamente preocupantes) de sucesos que marcaron nuestra historia reciente y cuyos flecos aún peinamos.

Aragón ha caído y ha pretendido justificar su pérdida de rumbo encargando su exposición pública a  una persona, Ana Alós, a la que se ha visto muy incómoda tratando de tejer argumentos y peregrinas explicaciones de un proceder que tan sólo puede entenderse mediante aritmética electoral, intereses partidistas y apetencia de poder al precio que sea. Disciplina de partido, creo que se llama a ese teatrillo. Algo muy parecido a lo que pudimos ver en el ayuntamiento de Huesca, escenificado por Teresa de Jesús Moreno, intentando buscar excusa posible a la expulsión del centro Raíces del Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca, condición sin la cual el partido verde (si Petra kelly levantara la cabeza) no garantiza la sostenibilidad del PP al frente del consistorio oscense.

Pero volviendo a Ana Alós, no parecía verse en tal desagradable tesitura cuando, en el cercano diciembre del 2014, y acompañada de una muy nutrida representación del consistorio que en ese momento presidía, también de ediles del PP, inauguraba oficialmente el parque "Mártires de la Libertad" y el memorial 545, emblemático conjunto monumental que, en Huesca, homenajea para siempre (hasta que a a algún imbécil le dé por seguir los pasos almedianos) a tantos hombres y mujeres represaliados en esta ciudad que, en breve, recordará su fecha más infame, la de la sucesión de sacas el 23 de agosto de 1936, con cerca de un centenar de personas asesinadas.

Aragón ha caído. Y se ha llevado por delante la coherencia, honestidad y dignidad de una derecha que, sin ser en modo alguno equiparable a la derecha europea (por sus ataduras al pasado más execrable de este país, entre otras cosas) ha tenido ocasiones para mostrarse, al menos, más partidaria de la convivencia que del palo y tentetieso. Otras muchas veces no; cosas de tener la piel muy dura y con escasa empatía a las necesidades sociales.

Aragón ha caído y los seguidores del proxenetismo constitucional, aquellos que se erigen en jueces que pretenden otorgar carnets de buenos o malos constitucionalistas, las gentes que reclaman milicias armadas de cazadores para acabar con los estorninos (de momento, para otros grupos de gentes a los que califican también como plaga, no han publicitado su "solución final"), los amigos de hormigonar ríos y vidas, han sabido conjugar en una sóla frase su misión en el mundo y las directices de su ideología: "la política es la continuación de la guerra por otros medios", dando la vuelta al dicho del estratega militar prusiano Carl von Clausewitz.

Aragón ha caído. Y los desastres de esa caída ya se anuncian en forma de derogaciones de leyes y restricciones a los derechos individuales. A las agresiones fóbicas (cada cual que le ponga el prefijo que desee: trans, homo, feministo, ecolo, xeno, aragonés ...) callejeras, deberemos sumar estas otras que, desde ahora, pueden ejecutar damas bien vestidas y elegantes caballeros de corbata verde desde cualquier despacho de la Aljafería. Afortunadamente, a ninguna de esas preclaras mentes de profundidad intelectual sin par se le ha ocurrido que, (¿por que no? ese es el nivel de conocimiento de la esencia democrática) podrían tratar de reeditar la expulsión de los moriscos (luego decidiremos quienes son los moriscos de hoy), la adaptación a la España actual de las leyes de Nuremberg de 1935 o, incluso, dado que esta gente también echa mano a la pistola cuando oye la palabra cultura, reestrenar el edificante espectáculo de la quema de libros a la luz de las antorchas. Idea para una primera performance de ese tipo: plaza de Jara en Huesca, quema de los 6.000 volumenes que la edila de Cultura oscense quiere desahuciar.

Aragón ha caído. Lo de las negras tormentas, nubes oscuras y todo eso se adivina. Cierto que tras la tormenta vuelve a abrirse el cielo; pero también es cierto que el periodo negro deja sus daños y destrozos, algunos de reparación muy difícil.

(* Comunicación del Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca. Fotoperiodista)

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