José Martín-Retortillo

Atónitos ante la amnistía a Puigdemont

14 de Septiembre de 2023
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Recapitular suele venir muy bien para entender algo de lo que ocurre y no ocurre en este país de todos los demonios, que diría Gil de Biedma. Suceden muchas cosas y muy deprisa, y no nos enteramos de la media, ni la mitad, a salvo de que te lo cuentan las terminales mediáticas gubernamentales que tienen la función de desinformar o de lanzar las consignas que convienen a quien manda. Doy por descontado que las principales son las televisiones, de la Uno a la Seis, desde el JorgeJavier al Guayoming, de apellido Monzón, por no mentar a la Ser y a su País al descarado servicio a través de sus opinadores de “tirar para casa” todo lo que sea posible con el gobierno del perdedor de las elecciones generales, ocurridas en pleno calor sofocante.

En las municipales y regionales hubo un triunfo claro del PP, que pudo ser mayor si se hubiera unido con Vox en algunos lugares, formación ésta que, en cierta forma, le encanta a la izquierda para movilizarse, como si fueran el coco o el diablo.

Similar triunfo de la derecha ocurrió en las calurosas elecciones generales, en menor grado, y a pesar de los importantes errores del PP con su pereza y su modorra, sus cautelas y ausencias, sus piques con Vox que lleva una deriva algo rara en comparación a sus orígenes. La propaganda mediática transformó al perdedor en un pertinaz de la silla del poder, convirtiéndolo falsamente en ganador por la posibilidad de seguir gobernando, y en esas estamos, para asombro del  amplio grupo de los que tienen el estómago agradecido, la silla bendecida y de quienes se maravillan de la audacia psicopática de quien se empecina en negociar con un delincuente huido y reclamado, manifiestamente antiespañol en Europa, para proseguir en el sillón, al precio y al coste de rebasar muchas líneas rojas. Pero a pesar de la claridad, se escuchan opiniones, o silencios, en muchas ocasiones.

Mandar a la vicepresidente de Sumar, puesta por Podemos, comunista beautiful, a hablar con el huido cobarde dentro de un capó, contando con la pasividad de las autoridades belgas, que pocas lecciones de europeísmo pueden dar, resulta patético, por no decir sonrojante. Vaya complicidad. Habrá que pensar que ella traba para defender su puesto privilegiado, y que ha sabido sumar un pupurri de grupos más o menos pequeños, la CHA entre ellos, para seguir en la carrera. Vaya facilidad de aglutinar a más de veinte grupitos para resultar la cuarta fuerza. Sonrojante situación; ¿Para quién? De entrada, para los jueces. Seguido, para la opinión pública libre, y para todos los damnificados por el delito (juzgado en parte) evidente y claro de la algarada de la declaración unilateral de independencia de Cataluña, que tanta aflicción ha causado en todos los sectores sociales en toda España.   

La Constitución española prohíbe claramente los indultos generales. (art. 62 i). No hay mención en la palabra amnistía. Eso puede dar pie a que un grupo de juristas elegidos ad hoc, con los ejes bien engrasados echen la carreta monte abajo, bajo la coordinación brillante del ministro Bolaños, en la delantera, y Conde Pumpido, en la portería del tribunal constitucional. Los ejes estarán bien engrasados, que el poder no se suele ir de “abandonado” sino todo lo contrario. En esas estamos. Ya veremos cómo se reparten los carnets de democracia. Escucho la Ser por la mañana y no deja de sorprender los palmeos. De momento, golpista ha sido el mensaje de la señora portavoz del gobierno a quien pide una respuesta ciudadana y democrática contra la pretensión del sanchismo de su perpetuación a cualquier costa mediante la amnistía al separatista a quien iban a traer a España para ponerlo a disposición de la justicia. La táctica es anular los atisbos de critica o de oposición, cosa que quien mejor lo hacían eran los autoritarios, los dictadores. Penosa portavoz, mandada y encantada de la vida, mas bien.

Llaman prevaricación de los jueces a tomar resoluciones a sabiendas de su injusticia. Ya me dirán que se puede decir, “me queda la palabra” (Blas de Otero), cuando el gobierno que debe actuar sometido a la ley, la inventa y contradice la evidencia manifiesta de la prohibición constitucional de la amnistía. Y pretende ir por el camino de los atajos para evitar informes preceptivos como procede en cualquier ley que se precie. Y todo eso, en beneficio de un huido de la justicia. Aun se recuerda la intervención del ministro Campo, hoy en el Tribunal Constitucional, para los indultos que se aplicaron a los que dieron la cara y no huyeron, como el que hoy hace bailar al gobierno provisional; intervención que debería ponerse en las facultades de derecho como patética reflexión de la distinción entre la conveniencia del poder y el derecho. “Hecha la ley, hecha la trampa”. Legislar a la demanda.

Cada vez hay más voces críticas, y las que habrá, pero es llamativo el silencio de los corderos, y el desprecio a quienes se han manifestado en contra de la amnistía al fugado de Bélgica. El consignerio y el argumentario gubernamental trata de viejos y anticuados al tándem González y Guerra, y a su larga compañía Leguina, Vázquez, Redondo, Sevilla, y tantos más, o últimamente golpista a Aznar. Y sorprende la modorra pasmada de la oposición, que parece empieza a reaccionar. Pero no se gana para consignas, y piropos, ni para vendas en los ojos, mientras los venenos nacionalistas aprovechan su siembra en la opinión y en una atónita España que dicen es una democracia, pero con muy pocos hábitos democráticos, si se entiende el respeto a las minorías, el valor de las mayorías, el imperio de la ley y los valores éticos, morales y ciudadanos. El río está revuelto, en un país de sequía.

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