Benasque frente a los proyectos de baterías: responsabilidad y futuro del territorio

Francisco José (Kiko) Gracia Tomás
21 de Agosto de 2025
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La ciudadanía de Benasque, Cerler y Anciles merece claridad, firmeza y responsabilidad. El proyecto de acumulación de energía mediante baterías no ha llegado hasta aquí por casualidad, sino porque en su momento el Ayuntamiento no le cerró las puertas. Podemos celebrar que se haya dado el primer paso para contar con una herramienta de protección, pero eso no despeja la preocupación entre la población: el proyecto sigue su curso administrativo y el tiempo juega en contra del territorio.

En el último pleno extraordinario, celebrado el pasado lunes 18 de agosto, aprobamos iniciar la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para impedir la instalación de este tipo de iniciativas en nuestro municipio. Una  decisión necesaria que se tomó a instancias del PSOE y que contó con el respaldo del equipo de gobierno, formado por PP y PAR. Necesaria, como decía, pero lamentablemente llega tarde, lo que refleja una preocupante falta de transparencia en la gestión relativa a este asunto.

El acuerdo institucional es sin duda positivo. Modificar el PGOU es la única herramienta con la que un consistorio puede blindarse frente a proyectos que nada aportan en el medio y largo plazo al territorio. Sin embargo, la urgencia actual nace de un hecho inquietante: el proyecto ya se ha presentado, de hecho el alcalde era plenamente conocedor del mismo, y sus promotores han solicitado la declaración de impacto ambiental.

Conviene recordar que este proyecto no habría tenido recorrido si, en su momento, el equipo de gobierno hubiese mostrado un rechazo claro y firme como hicieron otros municipios vecinos, caso de Villanova o Sahún. En Benasque, en cambio, se mantuvieron reuniones con las empresas promotoras sin que a día de hoy se haya aclarado, ni al Grupo Socialista ni a la ciudadanía, quién participó, qué se ofreció o qué argumentos se pusieron sobre la mesa para no frenar de inmediato esta iniciativa.

Y lo que es aún más ilógico: hace apenas un par de semanas, en el pleno ordinario de julio, el gobierno municipal rechazó debatir con urgencia una propuesta del PSOE en los mismos términos que la aprobada hace unos días por unanimidad para modificar el PGOU. ¿Qué ha cambiado? La respuesta es fácil: la diferencia entre finales de julio y mediados de agosto es que la ciudadanía ha conocido la existencia del proyecto y ha manifestado públicamente su rechazo.

Cuando la presión social aumenta, las posturas se modifican; pero eso no borra la responsabilidad de no haber actuado antes.

Resulta también preocupante la estrategia que está siguiendo el equipo de gobierno ahora: desviar responsabilidades. En recientes entrevistas, el alcalde ha señalado al Ministerio como origen del proyecto, cuando en realidad el Ministerio actúa únicamente como órgano tramitador. Es más, si la planta hubiera tenido menor capacidad, la competencia habría sido del Gobierno de Aragón, y dudo mucho que de haber sido así, la estrategia hubiera sido la misma.

Y por si esto no fuera poco, el consistorio intenta vender a la vecindad que presentará un informe negativo sobre el proyecto como si eso fuera una garantía para su rechazo, cuando en realidad, y esto el alcalde también lo sabe, ese supuesto informe carece de carácter vinculante.

Es el momento de que el equipo de gobierno asuma sus responsabilidades, reconozcan su error de haber ocultado la reunión con los promotores y la información que en ella se trasladó, y trabaje de manera decidida para impedir que Benasque se convierta en el escenario de proyectos que hipotecan nuestro futuro sin aportar beneficios reales.

El Pirineo merece políticas valientes que protejan el territorio y escuchen de verdad a su gente.

 

(*) Concejal y Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Benasque

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