Canal Roya, ¿y ahora, qué?

Ex presidente de Montañeros de Aragón
15 de Mayo de 2023

La movilización social, unida a un buen trabajo técnico y científico, ha salvado una vez más a Canal Roya. El paso siguiente debería ser su declaración como parque natural por las Cortes de Aragón. Parece una consecuencia lógica y sin embargo los antecedentes históricos nos hacen desconfiar. Es posible que ahora, los que no quisieron escuchar, nos digan que debe abrirse un proceso de diálogo. Lo cierto es que llevamos cincuenta años dialogando y formulando propuestas para la protección de espacios naturales como el cañón de Añisclo, los macizos de Posets, Cotiella y Maladeta, los glaciares pirenaicos o la sierra y cañones de Guara, y también sobre Canal Roya y el parque natural del Anayet.

Algunos de estos espacios consiguieron su declaración como espacios naturales protegidos tras largos procesos y muchas indecisiones. Por poner un ejemplo, la protección del cañón de Añisclo, que contaba con un proyecto oficial, tardó nueve años en materializarse, y en este caso como en todos los demás, fue necesaria la iniciativa social para sacarlos adelante. Es como si hubiera una maldición que nos pone a los aragoneses a la cola en materia de conservación de la naturaleza.

Aunque hayamos avanzado en la protección del Pirineo, existen al menos dos lugares en Aragón cuyas características singulares les hacen merecer el título de parque nacional. Uno es Cotiella y el otro Canal Roya y sobre ambos se formularon iniciativas y propuestas que hasta ahora no han llegado a buen fin. El Gobierno de Aragón no ha sido proclive a presentar proyectos de declaración, pese a contar con amplias competencias en la materia. Sin embargo nuestra comunidad autónoma ya contaba en 1989 con un proyecto de Red de Espacios Naturales Protegidos de Aragón (RENPA), un proyecto que realizó un inventario de ciento once espacios para formular a continuación una propuesta de declaración de sesenta y ocho espacios naturales protegidos, apareciendo los dos citados con la categoría de parque.

Un parque nacional requiere su declaración por una ley de las Cortes Generales, pudiendo corresponder la iniciativa tanto al estado como a la comunidad autónoma. Siendo deseable un consenso entre instituciones  el primer paso lógico sería su declaración como parque natural por las Cortes de Aragón. Ambas figuras pueden conllevar medidas análogas de conservación, si bien el parque nacional aporta al territorio una etiqueta de calidad que lo identifica en todo el mundo y lo incluye en una lista selecta de espacios representativos del territorio español.

Aragón solo cuenta con el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, en su origen parque nacional de Ordesa creado en 1918, que fue ampliado en 1982 a poco más de 15.000 hectáreas, tras un amplio debate social sobre la salvación de Añisclo. Cataluña cuenta con el parque nacional de Aigües Tortes, creado en 1955 y ampliado en 1988 hasta las 14.000 hectáreas. Ahí se acaba la participación del Pirineo en la Red de Parques Nacionales.

A diferencia de lo ocurrido en otras comunidades, el gobierno de Aragón no ha querido hasta ahora promover nuevos parques nacionales. Una propuesta del Consejo de Protección de la Naturaleza, órgano asesor en esta materia, para crear el parque nacional de los Pirineos aragoneses, fue expresamente rechazada por el propio consejero de Medio Ambiente. Era el año 1995 y el Tribunal Constitucional ya había declarado que la gestión de los parques nacionales podía corresponder a las comunidades autónomas. Y en ese mismo año se amplia el parque nacional más antiguo de España, el de la Montaña de Covadonga, que pasa a denominarse de Picos de Europa con 67.000 hectáreas repartidas entre Asturias, León y Cantabria.

Otras comunidades también se han beneficiado de la declaración de parques nacionales de montaña. Es el caso de Andalucía que, además del parque nacional de Sierra Nevada, creado en 1999 con 85.000 hectáreas y otras tantas de zona periférica de protección, en las provincias de Granada y Almería, ha obtenido en 2021 la declaración del parque nacional de la Sierra de las Nieves, en Málaga, con casi 23.000 hectáreas y 75.000 más de zona periférica de protección. Y no hay que olvidar que Madrid y Segovia comparten desde 2013 el parque nacional de la Sierra de Guadarrama, con 34.000 hectáreas protegidas.

Nuestra comunidad cuenta con un rico y variado patrimonio natural y el Pirineo es en este aspecto un lugar privilegiado, pero la administración pública sigue avanzando con extrema cautela. No basta con formular una lista de LICs y ZEPAs para contentar a Bruselas, hay que establecer regímenes concretos de protección para los espacios naturales más valiosos, sean parques, reservas, monumentos o paisajes protegidos. En una u otra categoría deberíamos buscar también lugar para el Alto Baliera, el valle de Acumuer, la Sierra de Telera, la solana de Tendeñera o el Sobrepuerto, entre otros.

Volvemos a Canal Roya y al parque natural del Anayet. En contra de su conservación, el proyecto de Juegos Olímpicos de invierno y su interés en unir los campos de nieve de Candanchú - Astún y Formigal. Esta es también una propuesta antigua, que data al menos de finales de los años 60 del pasado siglo. En esos años, con mucha más nieve y una temporada esquiable de noviembre a mayo, ya se hablaba de una olimpiada en los Pirineos.

Solo que, si atendemos a la hemeroteca, ya se había descartado esquiar en Canal Roya por las fuertes pendientes, y en Canal de Izas por los frecuentes aludes. Y sin embargo, en 1974, cuando ya se había decidido que resultaba mucho más apropiada la Canal de Astún, y cuando el Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza ya había catalogado a las otras canales en su Inventario de espacios naturales, se presenta un proyecto para urbanizar la Canal Roya, un sinsentido que finalmente fue desestimado sin que desgraciadamente se adoptaran medidas para la conservación de este espacio.

Canal Roya merece y merecía ser protegida, sin importar lo poco o mucho que nieve. Naturalmente el cambio climático deberá ser tenido en cuenta para los proyectos de futuro y Canfranc tiene una gran oportunidad con el parque del Anayet.

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