Queridísimos hermanos:
Desde la espiritual sala de jazz de Castejón de Sos, dentro de la antigua iglesia en la que tantas veces hemos disfrutado de la música, me permitiréis que os cuente el principio y el fin del festival de jazz de San Sebastián en Castejón de Sos.
Como muchos ya sabréis, esto empezó en la festividad de invierno de la población, cuyo patrono San Sebastián da el nombre al festival, por ello se desarrolla (desarrollaba) en las proximidades de la fecha 20 de enero.
Posteriormente se formó una asociación (Tres Reyes Magos) formada por gente del municipio interesada por la música, sin ánimo de lucro, a la que la alcaldesa de entonces, Maria Pellicer, la apoyó sin remilgos por el potencial cultural que vio en la propuesta.
Desde el año 2008 se fueron celebrando anualmente los festivales en donde tuvimos el placer de compartir música con destacados intérpretes de la talla de los hermanos De Diego, el trío francés Dén Bas, los galos también Gabacho Connection, el gran grupo alemán procedente de Berlín liderado por el saxofonista Vladimir Karparov, que entusiasmados por el ambiente que observaban entre padres e hijos músicos en este recóndito valle, repetían una y otra vez que nunca pusiéramos fin al festival, Miguel Angel Remiro, Giant Steps (un sexteto con buenísimos músicos aragoneses, algunos ribagorzanos) y el no menos grande Perico Sambeat, que en el año 2013 marcó un antes y un después en esta ardua tarea de programar buena música. Perico ayudó muy mucho a que esto fuera posible.
A partir de aquí nos llama la DPH (Diputación de Huesca) para formar parte del Circuito de Jazz del Alto Aragón en donde con otras siete poblaciones, nos disponíamos a propagar el jazz por estas altas tierras. La reunión entre los programadores y dos personas de dicha entidad, los dos músicos de oficio (Berta y Juanjo) obtuvo unos beneficios tanto culturales como humanos altamente gratificantes, con reuniones cada año siempre al tanto de las necesidades que podíamos tener y en contacto vía teléfono para cualquier asunto que pudiera surgir.
Obteníamos el 80% de los gastos que acarreara el festival justificables en facturas (músicos, cartelería, SGAE, sin contar alojamiento ni comidas).
Así fueron celebrándose más festivales en dónde siempre el de Castejón ocupaba un lugar predominante por ser el más longevo y el de mejor programación (esto dicho por los demás festivales, seguramente por ser los más viejos, la experiencia, ya se sabe).
Pasaron Baldo Martínez, el gran ausente hoy y amigo siempre Marcelo Peralta, Sir Charles González, Gabriel Amargant, Gonzalo del Val, Manel Fortiá, Marco Mezquida, Ernesto Aurignac, Prats, Bill McHenry y hasta el enorme saxofonista americano Scott Hamilton recordando los tiempos de John Coltrane, Zoot Sims o Al Cohn.
Hasta llegar a este último año, en el cual pudimos disfrutar de la sensibilidad del maestro Pepe Rivero al piano, la bella voz de Ángela Cervantes y la brillantez de Oscar Latorre a la trompeta. A todos ellos, y a todos los demás que no he nombrado, agradecerles la riqueza musical y con ello espiritual que nos han regalado a cual “Reyes Magos” todos los meses de enero a esta pequeña población, a la que han abandonado dichas siglas antes mencionadas (DPH) al ocupar asientos (en lo que es el circuito del jazz del Alto Aragón) otros personajes ya no afines a lo antes descrito y que después de los seis conciertos programados en el mes de enero de este 2022, si nos pertenecían como todos los años el 80% de los gastos, nos comunican en julio del mismo año una subvención del 30%.
El problema, parece ser, según creemos (ellos dicen que las bases han cambiado) que hay poblaciones más grandes a las que hay que subvencionar, de hecho así lo han hecho, incluso algunas han realizado menos conciertos que nosotros y con sólo dos o tres festivales en su haber.
¡Ay, la España vaciada! La DPH se quejaba de que a los municipios grandes se les favorezca más que a los pequeños. ¡Pero si hace lo mismo! Palabras, palabras y más palabras. Llamó el Presidente de la Comarca para decirnos que no podía ser que feneciera un festival con la solera de 15 años, con tres alumnos aventajados (Berkley, Basel y Valencia) que salieron de este festival.
Pero lo que no podemos hacer es volver a poner dinero de nuestro bolsillo, le contestamos.
Ya no hay respuestas porque se acabaron las preguntas. Volvemos a Ayuso, Montero y el balón.
En fin, saldremos del circuito de la diputación de Huesca, y montaremos un concierto de despedida allá por el fin de enero, con nuestro famoso santo Sebastián, en pequeña liturgia con niños y grandes, como siempre ha sido brindando por esa bella música que por suerte hemos conocido y practicado, rodeados de amigos, aunque lejanos, siempre habéis estado, con alegría y buen humor, y a lo mejor, si los dioses nos auspician, podemos continuar el camino juntos aunque solo sea un día al año.
“El encuentro entre músico e instrumento, que después de sucesivas horas cabalgando entre acordes de escalas alteradas, produzca la humilde pero explosiva fusión ya en el escenario, en donde la impasible ligereza del tiempo haga batir las palmas de un público entregado en la misma armonía”.
En definitiva, es como volver a creer en los Reyes Magos.
Es el espíritu que nos movía.
RIP