Nos deja el gran Benedicto XVI, muchos lo vamos a echar de menos, por la doctrina tan clara. Fallece este Papa, y al día siguiente lo hace su traductor, Giulio Colombia, también teólogo. Descubriremos la gran talla de Benedicto XVI ahora que no está, con la cantidad de gente que ha ido a despedirse de él, casi el doble de lo que habían previsto.
Este gran Papa era un cristiano sin fisuras, un intelectual europeo, un gigante de la Verdad. ¿Por qué será que en cuanto uno es bueno, a más no poder, en esta vida, empiezan algunos a hacer mal ambiente para que otros se pongan también en contra? Cuando tienes carácter, coraje, como Benedicto, San Josemaría Escriva, Santa Teresa de Jesús en otros tiempos, que también le pusieron mala fama, y cuántos la leen, y luego se van a lo mejor con su orden, o simplemente cambian de vida. (¿Tienes carácter y coraje? Pues te tumbamos)
A Benedicto XVI, la Virgen se lo llevó en sábado, y al día siguiente era la fiesta de Santa María Madre de Dios, más arropado imposible. Ya se verá si Benedicto ha sido uno de los mejores teólogos o el mejor del siglo XX. Tenía mesura, una doctrina que no te cansabas de oírlo. Se leía las Sagradas Escrituras , hablaba de Jesús, de la forma más pura. El nos pedía Fe, y algunos no querían escucharle. Decía, la Iglesia tiene que ser purificada ¡madre! Si, es así, para los que quieren tener Fe, Juan Pablo II, decía también que llegaría una nueva primavera.
Cuando en dos mil trece perdimos al gran Benedicto XVI, cayó un rayo, está clarísimo, la Ira Divina. El Papa Emérito ya fue santo y mártir en esta tierra.