Con esfuerzo, actitud y perseverancia se pueden conseguir cosas importantes en la vida, que a mucho desearlas jamás se podrán conseguir si no aplicamos a nuestras vidas la máxima dedicación, disciplina y determinación.
Estamos viviendo una época, que nuestra sociedad está aferrada a los derechos conseguidos, unas veces por las propuestas de unos y otras, por el consentimiento de otros. “Para mí, el bienestar de las personas es una parte de nuestras vidas, pero hay otra parte que nunca conseguiremos sin esfuerzo, sin actitud positiva y sin perseverancia”.
Las semanas pasadas vimos como miles de jóvenes participaron en los exámenes de la EVAU, exámenes previos a la entrada a la universidad. Pero por esas mismas fechas, también cientos de jóvenes que iniciaron el pasado año una carrera, quieren cambiar su orientación académica por haber fracasado el primer año de carrera.
¿Qué les ha pasado a estos jóvenes que ya el primer año de universidad ven negro lo que el año pasado veían blanco?
A lo largo de nuestras vidas, todas las etapas nos exigirán el máximo esfuerzo, actitud y perseverancia. Los jóvenes han de mentalizarse que sin estas premisas será muy difícil conseguir los objetivos soñados.
Cuando llegamos a la edad de trabajar, el esfuerzo diario, la puntualidad y la responsabilidad, serán nuestras señas de identidad en las tareas con las cuales estamos comprometidos. Y, cuando lleguemos a la edad adulta, miraremos al pasado con un ojo puesto en el futuro.
Así pues, jóvenes, mayores y ancianos estaremos siempre sujetos a nuestro esfuerzo, dedicación y perseverancia.
Mis padres siempre nos decían a mis hermanos y a mí: “El que joven no trabaja, de viejo duerme en la paja”. Hoy podríamos decir, el que de joven no trabaja, de viejo se queda sin casa.