Por mi forma de ser, me gusta ver para poder analizar con criterio propio lo que nos toca vivir. Cuando el trabajo me lo permite, alguna mañana de sábado me gusta merodear lentamente por las calles de Padre Huesca y sSan Lorenzo cercanas a la plaza de nuestra señora de salas.
¿Cómo es posible que en una noche se acumule tanta basura y suciedad?
¿Cómo es posible que el vecindario, angustiado, permita que el ocio nocturno se adueñe de las calles citadas?
¿Cómo es posible que el Ayuntamiento de Huesca no se pregunte por los gastos extra de limpieza de las mencionadas zonas?
Una sociedad que no respeta, se convierte en una sociedad incontrolada, con el agravante de quitar la libertad al vecindario. La policía nacional, la policía local, la concejalía de ciudadanía y el ayuntamiento en pleno, deberían estar obligados a dar información permanente de esta situación semana tras semana.
La policía calla, porque los actos delictivos presentados al juez, no son juzgados en su justa medida. Los jueces callan, porque la legislación vigente no es la adecuada. El ayuntamiento calla, por un puñado de votos manchados de suciedad.
Aquí todos callan. El callar de unos da fuerza a la parte contraria, y a mas callar, mas perduraran en el tiempo las situaciones no deseadas.
¡Cuánto cuesta mantener el orden, y qué poco cuesta perderlo!