El día 1 de mayo los sindicatos CCOO y UGT, se pusieron de acuerdo para pedir lo que es imposible conseguir a corto y medio plazo.
El día de la fiesta del trabajo, los sindicatos pidieron tres cosas.
1.- Subir los sueldos
2.- Bajada de precios al consumo
3.- Repartir beneficios
Si subimos los sueldos, será muy difícil bajar los precios al consumo, no vaya a ser que valga más la salsa que los caracoles. Una empresa que suba los sueldos y baje los precios a su producción, será muy difícil que tenga beneficios para repartir.
Las tres peticiones de los sindicatos suenan bien y mucho mejor en los oídos que precisamente quieren oír esa reivindicación o cantinela.
Pero sería bueno añadir a las peticiones algo que a los sindicatos se les olvidó.
1.- Subir los sueldos sí. Pero si el rendimiento del trabajo lo permite.
2.- Bajar los precios al consumo sí. Pero no por debajo de los costes de producción.
3.- Repartir beneficios sí. Pero si la tesorería empresarial lo permite después de pagar impuestos y las deudas pendientes.
La vida diaria es mucho más seria que regalar pisos, subir sueldos, repartir beneficios y por supuesto, mucho más seria que ofrecer lo que no se tiene. Por eso coge fuerza aquel refrán que dice: “El que regala vende si quién recibe lo entiende”.
La mentira es dañina por su propia naturaleza. Pero mentir para levantar falsas expectativas que no se podrán cumplir, es como inmoral por jugar con los sentimientos de las personas.
Recuerdo una historia de un abuelo que le decía a su nieto: ¡Paquito! Si recoges las espigas que dejan los segadores te llevaré al cine. Y el pinche que les llevaba el agua a los segadores le dice a Paquito, mucho cuidado con el abuelo, que en Torremocha no hay cine.“Una mentira bien compuesta mucho vale y poco cuesta”. Por eso, la oferta del abuelo quedó desautorizada con la verdad de las palabras del piche.