Seamos justos en nuestras valoraciones

Antonio Lasheras
27 de Octubre de 2023
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No hace muchas semanas, el tema Rubiales nos tuvo entretenidos a todos los españoles. Periódicos, radio y televisión se esforzaron al máximo en extender la noticia y además manipularla, para que todas las tendencias ideológicas se pudieran pronunciar, no para solucionar el problema en cuestión, sino para retorcerlo y enmierdarlo lo máximo posible.

El conflicto que mantienen hoy Israel y Palestina, es sangriento y con consecuencias incalculables.

En el marco de la guerra, iniciada por el ataque a Israel de las milicias islámicas de la Franja de Gaza, se producen crímenes de guerra, torturas y violaciones a mujeres desnudas que después de ser violadas, son degolladas, troceadas y abandonadas con el máximo desprecio y crueldad. ¿Por qué la sociedad española no se pronuncia con tanto énfasis como se pronunció con el piquito de Rubiales un tanto inconsciente o atolondrado?

No es de recibo el trato que reciben las mujeres en los países que están en guerra, bien sean de Oriente o de Occidente. En los países en guerra, todas sus gentes están inmersas en el máximo dolor, pero las mujeres por partida doble, por ser persona y por ser mujer.

En las sociedades imparciales, las opiniones han de ser justas, no es lo mismo un poquito de viento que un tornado destructor que arrasa todo lo que coge, no es lo mismo deber 1.000€ que 100.000€.

Por eso las voces han de ser más y más fuertes cuando el daño es mayor, no cuando los poderes públicos nos inclinan a dar opiniones poco contrastadas y de baja intensidad.

Las torturas, violaciones y matanzas son acontecimientos de alto voltaje que la sociedad mundial estamos obligados a repudiar y despreciar.

Ser justos en las opiniones nos dará tranquilidad y fiabilidad como personas ante la paz o la guerra.

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