Estimados señores y señoras del PP:
La noticia del pacto suscrito entre PSOE y SUMAR es una buena noticia para las clases trabajadoras de este país y para toda la sociedad española pues, al mejorar las condiciones de vida de muchas personas y familias, se genera mayor cohesión social y más igualdad.
Las personas que hemos votado este año a partidos y coaliciones de izquierda sabemos por qué les votamos. Las razones principales son las mejoras acaecidas en los últimos años: subida del Salario Mínimo Interprofesional, normativa que ampara a las trabajadoras del hogar, defensa de los derechos sociales, lucha contra la violencia machista, acogida de las personas migrantes (a las que no consideramos delincuentes sino trabajadoras que vienen a hacer los trabajos que no queremos para nuestros hijo e hijas), deseo de construir y defender una Europa social, intercultural e interreligiosa, una Europa donde nació la democracia, y no me refiero a Grecia sino a los valores de libertad, igualdad y fraternidad, cuando el pueblo no valía nada…
También sabemos, cuando votamos, que los últimos cinco años han supuesto un cambio en las relaciones con todas las regiones o/y nacionalidades que componen España (tal y como recoge el artículo 2 de la Constitución Española), incluida Cataluña. Sí, incluida Cataluña. ¿O creen que cuando reflexionamos nuestro voto olvidamos las causas y consecuencias del “procès”? ¿Piensan que olvidamos que los artífices de estos cambios son los políticos del gobierno de coalición? Ya se ocupan ustedes de recordarlo día tras día, semana tras semana… ¿Será que no tienen ustedes otros argumentos para defender su proyecto político? Por cierto, gobiernos de coalición hay en muchos países europeos, precisamente en los que son consideramos más avanzados (Dinamarca, Alemania, Finlandia, Suecia).
No reducimos la “igualdad” al trato justo entre personas de diferentes provincias, pueblos o comunidades, aunque lo incluimos. Pero ustedes olvidan que “igualdad” es tener salarios dignos, educación pública en condiciones, sanidad pública con recursos, tratamiento de la tercera edad y de la infancia menor de 6 años con medios suficientes. Y que eso se consigue, en gran medida, por los impuestos; una de las formas de redistribuir la riqueza, seña de identidad de las democracias.
No confundimos “nacionalismo” con “independentismo”. Ni olvidamos que Aznar (como González) pactó con CIU (cuyo heredero es Junts, el Junts de Puigdemont), y con el PNV para –como dirían ustedes- “para mantenerse en el poder”. El PP pactó con Batasuna en Navarra (mayo de 1993) y Aznar envió a un equipo negociador a hablar con el entorno de ETA el 11 de diciembre de 1998. Y en el periodo septiembre 98/septiembre 99 ordenó el acercamiento de 120 presos de ETA y el regreso de más de 300 exiliados de la banda terrorista.
No considero una ofensa que cada cual se exprese en su lengua. Y conozco cómo funcionan sociedades europeas, y parlamentos europeos, donde las personas se expresan en dos o tres idiomas (léase Bélgica o Suiza).
No considero que el “orgullo” y el “honor” (o la “honra”) pasen por la bandera y el himno. Aunque ustedes se apropien de estos símbolos como suyos y los usen de forma partidista y exclusivista.
No confundimos violencia machista con violencia intrafamiliar. ¿Han leído el último informe de la Fundación ANAR sobre la violencia de niños contra niñas, de varones adolescentes contra chicas adolescentes?
Vuelvo al principio: Somos ciudadanas, no tontas. Y no vamos a reblar.
Firma esta carta una persona aragonesa, nacida en el País Vasco, que no es terrorista, ni independentista, ni nacionalista.
Atentamente, María José Lasaosa Trallero