Cuando alguien se empeña en que algo no exista, lo hunde hasta que realmente no existe. Esto es la Universidad de Huesca (que por cierto, todo el mundo tendría que leerse el libro de Macario Olivera Villacampa). La ciudad de Huesca junto a su Universidad Sertoriana a la par, alguien hace que la gloria del pasado desaparezca, incluso, con la conciencia de un pueblo; de esto hace, muchísimos años.
'La Universidad Sertoriana y Huesca', la biografía que Plutarco dedica a Sertorio, es prácticamente desconocida. 'La historia de Huesca y su Universidad', es como si leyeras por ejemplo, El Conde de Montecristo y tantas historias más, que el hombre con pocos sentimientos hace que eso se cumpla así. Si lo miramos bien, desde Adán y Eva, el mundo es como lo hacemos los hombres. Pero... ¿cómo podemos borrar así la historia? Sertorio era como un segundo Aníbal y es precisamente el que se afincó en la ciudad de Huesca (Ósca) en años inmemoriales, y ahí quiso fundar una Academia o escuela para la enseñanza de la lengua y cultura griega y romana a los hijos de los Iberos.
Hasta entonces, no había habido en España más que algunas escuelas elementales, y estas para los hijos de los romanos. Y esto fue cuando Sertorio estaba en la cúspide de su poder, hacia el año setenta y siete antes de Cristo. Y entonces Huesca era una ciudad grande y populosa. Es hoy día opinión comúnmente compartida y no ya discutida, que la Huesca de Sertorio es la antigua Osca de los olergetes actual ciudad de Huesca. Luego, la tendencia a tergiversar las cosas y crear confusión ha sido frecuente y ha llegado hasta nuestros días. Aunque salvando las distancias y no haya otro ejemplo más gráfico. Es la Historia del mismo Cristo, cuando resucitó, los romanos dieron unas monedas a los soldados para que dijeran a todo el mundo que el cuerpo había sido robado... y la vida continúa...