Javier Hernández García, lugarteniente del Justicia de Aragón

Cinco extraños años

Lugarteniente del Justicia de Aragón
07 de Junio de 2023
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Ángel Dolado y Javier Hernández, Justicia y Lugarteniente
Ángel Dolado y Javier Hernández, Justicia y Lugarteniente

"No quiera la dichosa providencia, el destino u otro Felipe II que tengas que sustituirme temporal o permanentemente...”.

No sé si es muy acertado comenzar este artículo, en el que desde el Justiciazgo queremos dar cuenta de nuestro trabajo en los cinco años de mandato que nuestra ley reguladora establece, con la cita de parte del discurso que mi justicia, Ángel Dolado, pronunció el día de mi toma de posesión como su lugarteniente (primero desde la recuperación de la institución del Justicia de Aragón en Estatuto de 1982 y su ley reguladora de 1985), y si lo hago es porque creo ha sido una de las circunstancias que ha marcado este mandato: la necesidad en la parte final del mismo de tener que sustituir la ausencia del titular de la institución, que definitivamente el pasado 2 de junio procedió a renunciar al cargo (primera vez en la historia que un justicia lo hace), tras el acuerdo de su jubilación como magistrado.

Dolado, y sé que puedo utilizar casi la primera persona para referirme a él, desde el primer día tuvo claro, y así lo dijo en su toma de posesión, que su mandato sería único, y que transcurridos los cinco años que la ley señala, dejaría el cargo a nuevas personas y nuevas ideas, marcándose con ello al mismo tiempo  la obligación de cumplir con sus propósitos en el Justiciazgo en dicho periodo temporal.

Una de los mayores aciertos del justicia Dolado tuvo, y los hechos y las circunstancias vividas así lo demuestran, fue nombrar un equipo de personas de variadas sensibilidades, que llevara la Institución al mayor número de aragoneses posible, para que tuvieran en ella un punto de referencia en la defensa de sus derechos y libertades frente a las administraciones, y, sinceramente, creo que al respecto podemos estar moderadamente satisfechos, pues el Justiciazgo ha estado en la calle, en el territorio, y sus puertas han estado siempre abiertas para los ciudadanos, apostando decididamente por la atención presencial y la escucha.

Casi a mitad de mandato nos golpeó la inesperada pandemia, y ello supuso tenerse que reinventarse en muchas facetas, con unas primeras semanas de busca de nuevas formas de atender a las interminables quejas y llamadas, y luego, desde el sosiego y templanza que debe guiar la actuación del Justiciazgo, poder analizar qué se hacía, cómo se hacía y, en la medida de lo posible, aportar ideas y soluciones para que por quien correspondiera pudieran ser aplicadas. Los trabajos que al respecto realizamos sobre las residencias de mayores, la situación de escolarización, etc., fueron un claro instrumento para ello, que reconociendo el valor de quienes tuvieron que tomar decisiones inmediatas muy difíciles, quisieron servir de análisis de lo hecho y de cimentación para actuaciones futuras.

Mayores, discapacitados, menores, personas en situación de vulnerabilidad, habitantes del medio rural han sido parte de los colectivos en los que más nos hemos centrado en estos años nuestros esfuerzos, y fruto de ello son los distintos informes especiales (Teruel, Menores y Juego, Seguridad en Montaña, Vivienda Social, Sanidad Rural, Seguridad Rural...) y el poder hoy contar con el Observatorio Aragonés de la Soledad y la Oficina de la Infancia y la Adolescencia.

Se ha seguido luchando en pos de nuestro derecho foral, dando continuidad al Foro de Derecho Aragonés, y, divulgando una de nuestras mayores señas de identidad en muchas charlas a lo largo de Aragón, culminando con la creación, en unión de las Cortes, el Gobierno de Aragón y la Universidad de la primera Cátedra de Derecho Civil Aragonés.

Internamente hemos logrado que el Justiciazgo, desde la contención presupuestaria, actualice su funcionamiento interno, abriéndonos a las nuevas tecnologías y apostando por la responsabilidad social y el desarrollo sostenible.

Satisfacción y orgullo es lo que sentimos todo el equipo del justicia Dolado de haber podido en estos años servir al pueblo aragonés, y en el tiempo que permanezcamos en nuestras funciones hasta que las nuevas Cortes de Aragón nombren un nuevo Justicia, ahora ya sin el liderazgo de quien en su día nos nombró, no le queda a nadie duda que continuaremos actuando sin cortapisa alguna en el ejercicio de las funciones que estatutaria y legalmente tiene atribuido el Justiciazgo, con las puertas abiertas a todos los ciudadanos.

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