Querido Antonio, buenas tardes. Mi agenda particular -nuestra común querida Lina- me recuerda que hace un año emprendiste el viaje hacia la eternidad. No debe andar muy lejos de Ixep.
Aunque hablamos de ti muy frecuentemente, en familia y en El Diario de Huesca, el cariño y las oraciones que te enviamos de viva voz requieren ahora estos mensajes epistolares que deseamos lleguen postal o electrónicamente hasta el cielo en el que te encuentres. ¡Han sucedido tantas cosas desde que tomaste el camino definitivo...! Y todas ellas, sin embargo, nos recuerdan que te seguimos necesitando.
Somos conscientes del mandato que Agustín de Hipona nos transmitió a través del Antonio Angulo seminarista. En alguna ocasión, le parafraseabas ante mí cuando sostenías que Dios proporciona el viento, pero es el hombre el que ha de izar la vela. Y en esa misión nos hallamos. Con tu prudencia y discreción proverbial, nos dejaste señalizado el camino que tu amigo Mariano Bergua -dale recuerdos- nos encomendaba: ¡Muchachos, sacadme el periódico!
Te lo estamos sacando, no sólo una vez al día, sino continuamente, con esa vocación que nos enseñaste, con esa pasión que labramos juntos. Con ese servicio que nos inculcaste. Todo pensado en esta tierra. Mercedes cuida muy especialmente tus predilecciones del tiempo meteorológico, de los pantanos, de las carreteras y hasta de las estaciones de esquí. Myriam se vuelca magistralmente en esas "cosas suyas" del mundo social y cultural, deseando mantener contigo algunas de esas discusiones interminables en las que pasaban ratos y ratos. María José embellece los diseños y se luce en las revistas de San Lorenzo y de Navidad que tanto mimabas. Adri, el crío, es el mensajero entre el cielo y la tierra, entre Graus y Huesca, dando patadas al balón e informando del fútbol que tanto te gustaba. Y hasta Pichichi se nos ha incorporado como colaborador -de momento-, haciendo un dúo dinámico con Pardina. Él se acuerda siempre de tu policromía de colores. Ha sido, como Javierito (así le llamabas), otra de las víctimas de la purga de la casa hoy irreconocible que edificamos juntos contigo al timón.
He de reconocer que tu marcha nos paralizó un poquito. Y a la vez nos encorajinó. Que, con Sergio y los antes citados, sobrellevamos el dolor por tu ausencia hasta que aprendimos a visualizar y escuchar tu presencia. En ese tiempo, no hemos constituido el consejo editorial que ibas a presidir. Bueno, que presides. Discúlpanos, pero lo crearemos pronto con los nombres inspirados por ti (¡qué ganas tiene tu amiga Inés, e Ildefonso, y Noelia, y...).
Pero, ahora, siguiendo esa gran lección que permanentemente nos repetías, vamos por el camino que nos hemos marcado, que es el de las tres P, el periodismo Plural, Provincial y Profesional. Que la verdad nos está haciendo libres, como te gustaba proclamar, y estamos convencidos de que nuestro rechazo a cualquier tipo de renuncia de la ética te hace sentir orgulloso. Porque sí, porque entre la verdad y la comodidad, estamos eligiendo la primera senda. Estamos, además, felices con los reconocimientos que has recibido, y un poquito serios con los que han sido un poco más cicateros, porque creemos, como te empeñabas en recalcar, en la justicia.
Ya ves que no hemos cambiado. Que somos coherentes, que no rebeldes. Que leemos, cada día y en cada momento, las enseñanzas que nos impartiste. Y que dejaremos hasta el último aliento por esta cabecera, El Diario de Huesca, de la que también está orgulloso Bizén. Vamos, que todos estamos comprometidos en torno a tu memoria y a un proyecto hermoso.
Y, muy importante, que estas lágrimas que en este instante brotan de la remembranza son de felicidad por haberte conocido. Del amor que siempre te adeudaremos. Antonio, aquí seguimos un año después izando la vela. Recibimos tus señales con una sonrisa. Por favor, sigue atento porque cada letra es un mensaje que te enviamos. Se te quiere, Angulo. Y mucho.