La Ciudad de las Niñas y los Niños no aplica para el béisbol y la gimnasia

23 de Noviembre de 2022
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Me gusta la iniciativa de La Ciudad de las Niñas y los Niños. He leído a Francesco Tonucci a raíz de su última visita a Huesca y la utopía me parece plausible. Difícilmente aplicable, y más en el esclerotizado sistema educativo español. Pero, al fin y a la postre, deseable la aplicación de la filosofía que implica que la gente menuda sepa que se le escucha y, a la vez, sienta la trascendencia de la responsabilidad. De hecho, es la esencia de la libertad. También valoro que los sucesivos alcaldes se crean, al menos por unas horas, esta interlocución con los pequeños, y que se proyecte en posteriores tareas en las aulas. Que Luis Felipe les haya puesto "deberes" para que integren incipientemente la ciudadanía es tan importante como trascendental sería que todos les explicáramos que han de ser críticos en cuanto reflexivos en el porvenir. Esto es, librepensadores con criterio. Precisamente, hay que inculcar ese concepto porque, de lo contrario, su aportación a la sociedad será limitada. Totalmente de acuerdo con la expresión de Florencio García Madrigal: una ciudad hecha para los niños está bien hecha para el resto de los ciudadanos.

La diferencia que la vida marca en la evolución del ser humano es la disponibilidad de herramientas. En la adultez, sin renunciar a los felices resquicios lúdicos, son laborales. En la infancia, todos los aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando. Ésta última frase no es mía, es de Francesco Tonucci. Por eso, de haber acudido hoy al acto protocolario en el Ayuntamiento, los jugadores del Béisbol Huesca o las gimnastas del Club 90 le podrían haber puesto al alcalde de Huesca deberes para responder a la reciprocidad recomendable, porque la comunicación es bidireccional. Y las tareas serían, respectivamente, el acondicionamiento de un campo de béisbol y el acompañamiento económico para que el desplazamiento al Mundial de Graz no resultara absolutamente oneroso para las familias. Esto es, favorecer el aprendizaje jugando, porque la escuela ha de nutrirse de la vida, las sorpresas y los descubrimientos (Tonucci). Y ahí se encuentra el deporte humilde, que, fuera de las aulas, también es ciudad de las niñas y los niños. Yo creo que el alcalde asumirá esta tarea por convicción porque, de lo contrario, los ciudadanos libres y reflexivos se lo iremos recordando. Con afabilidad. Y exigencia.

P.D.: La relación entre la Ciudad de las Niñas y los Niños y las zozobras de Corojo y el Club 90 me ha venido sugerida por la perspicaz Loreto. Mil gracias. Ojos abiertos y oídos prestos.

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