La cobra versión 2023.0

03 de Junio de 2023
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Chenoa se acercó a Bisbal después de la canción. Hacía tiempo que era público que la relación se había enfriado, más por el almeriense que por la balear. María Laura, aprovechando la atmósfera cálida que sucedía a la melodía, aproximó sus labios a los de David. Y David decidió que corriera el aire entrambos.  Previamente, unas palabras del cantante habían inducido a interpretarlas erróneamente. Rápidamente, las incipientes redes socialies se hicieron eco de la maniobra y la tildaron como "la cobra". No es que fuera una novedad, pero se popularizó tanto que la cobra de hoy no es ni la de Bruce Lee como técnica de las artes marciales ni la del reptiliano animal domeñado por Frank Cuesta. No, la cobra es la de Bisbal a Chenoa.

En los últimos comicios, hemos vivido una re-versión, la 2023.0 de la cobra. Va por barrios. Tanto el candidato socialista a la Presidencia de Aragón como el de la Alcaldía de Huesca apartaron sus metafóricos labios de Podemos (y en el caso oscense también de Cambiar), con los que paradójicamente habían gobernado en anteriores años, hasta ahora. No, ya no había tiempo para el abrazo ni para el beso. Cualquier alianza al respecto era non grata, proclamaban. Paralelamente, el aspirante a regentar Aragón por el Partido Popular le hacía la cobra preventiva a VOX y lanzaba un órdago al presidente en funciones apuntando un gran pacto, entre la "grosse koalition" alemana y la abstención del menos votado para no depender de los extremos.

Tales intenciones han durado lo que han durado. Apeado de tal posibilidad Luis Felipe (puede esgrimir la firmeza de su intención porque la tentación no se le ha puesto al lado para corroborar su coherencia o para rectificar hacia el espacio que rigió de 2015 a 2019 con los ahora repudiados), Javier Lambán ha hecho un "donde dije digo..." al reclamar a Azcón que se apee en la autopista que le conduce hacia el Pignatelli para dejarle gobernar con Podemos, con CHA, con Izquierda Unida, con Aragón Existe, con el PAR y hasta con el sursum corda del conserje de la Aljafería. Azcón, como el presidente en funciones en el momento en el que se le ha puesto la izquierda de Podemos a tiro ilusorio de un hipotético pero descartable apeamiento del vencedor de las elecciones, habrá de descartar, cuando sea el tiempo oportuno, la cobra y asumir que habrá de acercarse a la derecha de VOX. No sabremos si habrá beso o no, pero sí que los cordones sanitarios están para ser desatados. Como sucedió no tanto ha con Iglesias o Echenique. Como sucederá con Abascal o Espinosa de los Monteros. Como ocurrió en Italia con Meloni, hoy tan ricamente aceptada como parte de la democracia, besada por quienes le atribuyeron preventivamente todas las maldades. La opinión de cada cual es legítima, pero quizás podamos pensar, como me decía un consejero del anterior gobierno aragonés, que meter en el redil del Estado de Derecho a todos es conveniente. Si hasta Bildu (sucesor del que fue considerado partido terrorista) ha encontrado la medida del escaño del Congreso, todo lo demás pierde sentido de discusión. Todas las cobras son reversibles. Y la 2023.0 más. Es lo que tiene la normalización del incumplimiento de la palabra dada. Y eso sí que debiera hacernos perder el sueño.

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