Corojo y el agua de cerrajas

20 de Octubre de 2022
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Son las 7:55. Hotel Primavera Park de Benidorm. Poco más de una hora para el inicio del II Congreso Nacional de Periodismo y Turismo de Benidorm que organizan Visit Benidorm y la Sergestur de Fernando Garasa. Aquí todo suena a Chanel (la cantante) y huele a albahaca. Para eso estamos entre los participantes José Luis Yzuel, Eva Ballarín y un servidor. Y muchos enamorados de la provincia de Huesca, aunque quizás nosotros no lo sepamos. La cena que nos ofreció Toni Pérez nos recuerda la importancia de alcaldes con firmeza y determinación. Aseguran por aquí que las elecciones de mayo serán un paseo marcial. La duda es si a su ya abultada mayoría absoluta le añadirá tres o cuatro, dicen por estos lares. El primer día me ha sonado todo familiar. Incluso el empresario -en este caso hostelero- que estuvo en la UCI prácticamente dos meses, una semana en coma, por el coronavirus. Es Alessandro Fratini (Pinoccio, Mía...), el Ignacio Almudévar de Benidorm. Vio de cerca la parca y hoy es, en sí mismo, un canto a la vida, como proclama junto a Israel, otro magnífico relaciones públicas. Y un ciudadano ejemplar que comanda todas las protestas contra los atropellos del sistema (es una forma refinada de decir del gobierno).

Con los recuerdos de las dos magníficas veladas, escribo con el espíritu de grandes periodistas como Fernando Valmaseda, Esther Eiros, Ignacio Vasallo y el resto de un elenco fabuloso reclutado por Fernando Garasa. De aquel que denuncia, como Kapuscinsci, que cuando la información es un negocio la verdad deja de ser importante. Me he despertado leyendo la recepción del Ayuntamiento de Huesca al equipo sub11 del Béisbol Huesca con el inefable José Miguel Valdivia. Corojo está comedido, políticamente correcto, si acaso un poco acre cuando expresa su decepción por la ausencia del alcalde. Bien es cierto que Romance es un concejal que habla con conocimiento de causa del deporte. Pero también lo es que la de los chavales que entrenan en el Parque de los Olivos con redes sujetas a árboles (como los grandes jugadores que salen de las calles del Bronx) han protagonizado, y lo escribo con mayúsculas, LA MAYOR GESTA DE LA HISTORIA RECIENTE DEL DEPORTE OSCENSE. Así, como suena. No es una hipérbole. Pasar del irregular firme del parque a vencer al club del hijo de Shakira y Piqué (presentes en el campeonato, por cierto) y a conjuntos que entrenan en instalaciones casi palaciegas por sus lujos tiene un mérito incomparable con los triunfos en canchas y estadios de los grandes clubes altoaragoneses, sólo quizás comparable con esos "traileros" hercúleos que nos dejan atónitos con sus retos en la más inhóspita -y hermosa- montaña.

Corojo, hombre de verbo exquisito y disparo certero a las dianas del lenguaje, ha tomado el dardo en la palabra de Lázaro Carreter para reivindicar que lo que les prometieron en julio se haga realidad. Ese túnel y ese campo. No lo dice porque es cortés y en una recepción no hay que establecer agravios, pero bien podría haber lamentado la ausencia del alcalde con la visita protocolaria a las obras de dos pistas de pádel y un espacio de calistencia que se llevan unos 485.000 euros, que no son moco de pavo. Luis Felipe aseguró que ahora los niños y jóvens se aficionan al pádel (¡cómo cambian las cosas, antes era el deporte de pijos propiciado por José María Aznar y también el destino de los presupuestos del fantasmagórico Plan E de Zapatero!), pero quizás hubiera estado bien que ayer se acercara a los que, ya sí, se reúnen por decenas para sacar las vergüenzas a la ciudad que se proclama -y no sin toda la razón- abanderada en el deporte de base.

Teme Corojo, y de ahí El Dardo en la Palabra, que todo quede, tras las recepciones, en agua de borrajas. Y aquí viene mi corrección -Myriam volverá a replicarme y en el sentido del hispanocubano-, porque la expresión originaria y la más correcta es agua de cerrajas, que eran esas plantas que silvestremente crecían en las caídas de las bajantes con líquido en las casas rurales. Pero, en todo caso, aquí, con aroma a Chanel y los rascacielos en mi vista (no pienso escribir lo del "skyline" aunque ya lo haya hecho), con la perspectiva de la lejanía de este día (volveré, y mañana mismo), reclamo que acompañemos todos a José Miguel Valdivia y los chicos y padres del Béisbol Huesca para que permanezcamos vigilantes a las tuberías del calendario de manera que no se embalse el agua de las cerrajas de la política. O de borrajas, que admito pulpo como animal de compañía.

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