"Pido por favor ayuda al Gobierno de España y a la Generalitat de Catalunya para que me faciliten una enfermera para asistirme en mi domicilio de Barcelona, a partir del 7 de noviembre hasta finales de enero o más. Tengo ELA con traqueostomía. Si nadie me asiste voy a morir". Es el llamamiento vía tuit de Jordi Sabaté Pons. Activista. Youtuber. Coach. Resistente: ocho años con ELA, "enfermedad mortal sin tratamiento. No puedo moverme, hablar, comer, ni beber y respiro con dificultad. Amo la vida", reza en su perfil de Twitter.
Jordi Sabaté es un modelo que nos ha regalado precisamente la vida. Ocho años de supervivencia a la ELA es un auténtico milagro. Quizás las últimas palabras de su presentación definen la causa: ama la vida. Jordi, igual que José Antonio Oliván Buisán, el hotelero de Torla que ya nos dejó y al que entrevisté con una empatía infinita gracias a la colaboración de César, se comunica con infrarrojos que leen el movimiento de sus ojos y le permiten utilizar un teclado virtual para escribir y un reproductor de voz para hablar.
Jordi sabe lo que es perder más que ganar. Es perico. Los que siempre hemos sido de equipos pequeños estamos más adaptados, admitimos la derrota con más facilidad. Pero, en esta tesitura, él no rebla. Yo tampoco. Llevo años siguiéndole y lo haré hasta el último hálito. El suyo o el mío, que nunca se sabe. La concienciación se multiplica cuando conoces a gente como José Antonio Oliván, o Juan Carlos Unzué, con el que quizás viví los diez minutos más intensos y emocionales de mi reciente ejecutoria en la salida de la Quebrantahuesos. Son héroes, lecciones rodantes (que no andantes, desgraciadamente).
Como Jordi, José Antonio era y Juan Carlos es consciente de la gravedad del mal que les aqueja. Por eso se aferran a la dignidad. Por eso la reclaman. El tuit de Jordi es serio: "No es ningún farol ni ninguna campaña. Es real y el que no se lo crea lo invito a venir a mi casa". La secuencia de respuestas da pie al epígrafe de esta columna: confunden el culo con las témporas. Para quien lo desconozca, diré que "temporas" significa en latín "sienes". Así se aprecia mejor el sentido. Los hay que aprovechan el llamamiento para cargar contra los inmigrantes. Los hay que lanzan las hordas secesionistas contra las españolistas. Las hay que no disocian el sentido real y piensan que reclama beneficiencia cuando simplemente reivindica sus derechos. Incluso alguno le pide solicitarlo por escrito y en papel, a Jordi cuya movilidad no está comprometida, sino arrancada. Pero...
Pero también surgen las almas sensibles. Quien se ofrece para ir a cuidarle. La enfermera que también se presta. Y la alusión a la proposición de ley para garantizar el derecho a una vida digna de las personas con Esclerosis Lateral Amiotrófica. Es el ejercicio de la misericordia, enviar el corazón a los demás, entender, compartir, ayudar. La salvación de la esperanza como concepto imprescindible se cobra sus mártires, Francisco Luzón, José Antonio Oliván, y se retrata en los rostros luchadores de Unzué o Sabaté. Dios los tenga en su gloria cuando le lleguen, pero que sea lo más tarde posible. Ahí acabaremos todos.