En la Huesca Dulce, el Ayuntamiento es entre agrio y ácido. A los ciudadanos, en realidad, nos gustaría que fuera umami, ese sabor incorporado a la modernidad que se identifica con el buen jamón ibérico. Pero eso es mucho pedir. El Debate sobre el Estado de la Ciudad ha expresado contrastes que forman parte de la modernidad política en la que, en ocasiones, nada es lo que parece y en la que la coherencia es un valor a la baja.
Si me lo permiten, más allá de entrar en la profundidad de los contenidos sobre realizaciones, incumplimientos y anuncios, me voy a detener en diez detalles que no escapan a un observador con cuarenta años de profesión (haciendo lo mejor que se puede, que es opinable):
1.- El rechinar de dientes lo ha iniciado el concejal no adscrito, Antonio Laborda, que no habla en gran cantidad pero tiene su punto punzante. Ha revelado, como si le molestara, que PSOE y VOX han votado juntos en un 60 % de las iniciativas consistoriales de los dos años. Posteriormente, ha pedido a la portavoz socialista que le llame por su nombre, que en el DNI no pone "señor tránsfuga".
2.- El portavoz de VOX ha comenzado congratulándose de la celebración del Debate sobre el Estado de la Ciudad, demanda personalísima suya. Ha sido el momento amable. Luego, tras no pocas invectivas en tono crítico y su discurso congruente con el ideario de su partido, ha denunciado el estado autoritario del Ayuntamiento y ha anunciado que hacía mutis por el foro en protesta durante el resto del debate. Curioso que el promotor de un debate se ausente y, por tanto, nadie pueda replicarle a la cara. Más allá de que en su sueldo no cotiza el absentismo.
3.- Se han cruzado datos sobre momentos procedimentales administrativos distintos (fondos europeos, ejecución de inversiones), con lo cual los porcentajes del gobierno se descuadraban con los de la oposición socialista. Y, así, por la falta de precisión, cualquier observador -presumo que tampoco habrá habido demasiados por youtube- puede quedar confundido sobre la realidad de la gestión y de la fiscalización.
4.- Dime de qué presumes y te diré de qué careces, conviene tener muchísimo cuidado con las cifras absolutas, porque, sometidas a unas sencillas operaciones, puede venir a resultar que numéricamente el promedio de intervenciones de algunos grupos no sea tan deslumbrante.
5.- El tono ha resultado extremadamente grueso por momentos, y sabido es que no resulta fácil crear un delicado cuadro impresionista a brochazos. Quizás haya que pensar en que el debate se torne hacia la técnica de las pinceladas, más sutiles.
6.- La dificultad de rectificar. Si es de sabios, cuando alguien es llamado a capítulo, ¿por qué no puede dar un leve paso atrás en busca de la concordia? Es uno de los defectos de este mandato que discurre en un clima turbulento.
7.- La polarización que viene de lejos. Tanto el señor Laborda como el señor Oliván han observado que la crispación aloja sus raíces en el proceloso comienzo del anterior mandato cuando un voto en blanco mutó la voluntad de los partidos que habían tomado una decisión. Ya saben aquello de blanco y en botella. Aquello no se rectificó y no fue el mejor punto de partida, pero agua pasada no mueve molino.
8.- Resulta de una gravedad extrema la consideración de "fraude de ley" por parte de los servicios jurídicos de las propuestas que pretendía introducir VOX, que quizás hubiera requerido una explicación porque induce a la desconfianza.
9.- Una de las más certeras propuestas es el reconocimiento de la dignidad de los trabajadores municipales, zaheridos tanto en sede consistorial como en tertulias mediáticas. No sólo es inaceptable introducirlos en espacios que no les corresponden, sino que existe una realidad que quedó reflejada en el homenaje al Patronato Municipal de Deportes: ocho presidentes y tan sólo dos directores. Y es que es común que los funcionarios vean pasar en su ejecutoria decenas de cadáveres políticos.
10.- La crítica y la fiscalización no sólo es legítima, sino que es una de las grandes misiones encomendadas a la oposición. Y el gobierno puede defender con vehemencia su función. Pero, en el cruce, nunca ha de faltar el decoro. Y, con el decoro, se avanza más que poniendo palos en las ruedas de los carros, que son los que finalmente han de avanzar llevando a los ciudadanos a mejores destinos.
El Debate sobre el Estado de la Ciudad de Huesca en julio de 2026 explicitará la evolución del mandato, ya con el 75 % de su recorrido temporal. Sin aspirar al umami, veremos si la acidez es rebajada. Más que nada para no ocasionar en los electores dudas sobre las capacidades y las actitudes. De momento, el de este jueves ha resultado tormentoso y averso al entendimiento. Me acuerdo en este momento de los juramentos de Enrique Sánchez Carrasco, que siempre advertía de la divinidad que dicta sentencia: si bien lo hiciéremos, que Dios lo premiare; si no, que Dios lo demandare.