En la Rampa del orgullo

05 de Enero de 2024
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Espectáculo de luz y de sonido de Rampa, un orgullo
Espectáculo de luz y de sonido de Rampa, un orgullo

Resulta curioso. En el mundo de la creatividad, abundan más los grandes que son dados a la discreción que aquellos que prefieren los artificios. Es como, si en el diálogo constante que las personas nos debemos a nosotras mismas, imperase entre todas las virtudes cardinales la de la prudencia, a la que podríamos emparentar con la templanza y que, sin embargo, no colisionan con la fortaleza y la justicia. Entiéndase la creación más allá del arte o la literatura, porque hay ámbitos, como el social o el empresarial, en los que la mesura no empece para un rico mundo interior, exuberante pero sin alharacas. Acabo de constatarlo en el asunto deportivo de moda en nuestra ciudad y con el protagonista en boca de todos. Medir la reacción es un camino de sabiduría.

En esta noche de Reyes, este pequeño escribiente albergaba una ilusión: que todo saliera a pedir de boca en la Cabalgata pero, fundamentalmente, en la fiesta final en la que la tecnología incorpora la parte de arte sustancial para que brillen otras disciplinas como la música, la interpretación o esa tan difícil y hermosa como es la de edificar atalayas de felicidad para todos, fundamentalmente los más pequeños. Nada hacía temer por el resultado final, pero cada vez que, desde el pasado 10 de agosto, esos pedazo de profesionales que son los miembros de Rampa actúan con su virtuosismo en cualquier escenario público siento la pulsión de anhelar con todas mis fuerzas que convenzan, nuevamente, a todos de su grandeza. Tras aquel episodio desagradable con la cantante mal educada que no es icono sino de la falta de seriedad, lo de esta noche ha sido un resarcimiento más por el aplauso que cada una de las peripecias de luces, de música y de efectos ha suscitado en el gentío.

Los profesionales de la luz y del sonido son "los tapados", la elegante discreción, la vocación de servicio al lucimiento de otros -Viridiana, o Los Lambreños, o Ery en este caso- para dar siempre un paso atrás cuando llegan los reconocimientos. El desempeño de Rampa de esta noche no ha sido espectacular, porque en su vocación está más el desempeño eficaz que el relumbrón rutilante. Simplemente ha resultado una exhibición de la magia que consiste en ser invisible para que lo visible suscite la admiración de todos. Constituye una especie de apostolado sensato al servicio de todos. Un proveedor de aplausos para los demás a la par que da un pasito atrás para no restar protagonismo a los artistas.

Sinceramente, que Rampa exhiba un puntito de mayor entrega cuando trata de arrancar una expresión de asombro en las faces infantiles me reconforta. Aunque soy consciente de que siempre es la misma generosidad e idéntica prudencia que hizo que su reacción a lo del Día Grande no fuera tan desabrida como la de la susodicha. El trabajo bien hecho, como tantas otras facetas de la vida, tiene también su punto de subjetividad aunque persiga objetivos, y saber que tenemos una empresa líder internacional que, además, labora con denuedo para enseñar a los pequeños el rostro más hermoso de los Reyes Magos me contratula. Rampa, un orgullo.

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