El correlato es una lección desde la ficción a nuestra más cruda realidad. Mufasa, el Rey León, que gobernaba el reino con ecuanimidad y sentido de la justicia dentro de la diversidad propia de la selva, fenece bajo las pezuñas de una estampida de ñus. Es víctima de la conjura entre el ambicioso Scar, su hermano sediento de poder, y las hienas, cobardes y traidoras, deseosas de crear su exclusiva comunidad que domine con el esfuerzo de todos los demás el nuevo escenario vital, ávidas de apoderarse de todos los recursos y condenar al resto a la pobreza. Los intereses creados de don Jacinto Benavente, versión silvestre.
El de El Rey León es un paralelismo con la España de hoy. Las hienas se han hecho con la hacienda y la vida de todos, normalizando el terror(ismo), la desigualdad y la pérdida de la referencia de la igualdad de oportunidades que hacía salir el sol frente a las tinieblas de la injusticia y la ruptura de las relaciones entre las especies (pueblos). La Constitución ha caído bajo las patas de los ñus y donde hubo frondosa vegetación apenas si quedan restos quemados por el sol y el fuego. El hedor de la atmósfera no puede ser, además, combatido tapándose las pituitarias, porque las mascarillas de la indecencia son defectuosas, y es que los acólitos de Scar se han sumado a Banzai y Ed (las hienas más odiosas) en el robo de los recursos al conjunto del reino. Real como la vida misma. Y no en el cine. España, 7 de marzo de 2024. Un día trágico para la convivencia y para la libertad.
P.D.: Sólo Rafiki, el viejo y sabio chamán, es la única esperanza. Lleva toga y en sus manos está el respeto a la ley y a la verdad.