El Huescaleaks, toda una metáfora

11 de Octubre de 2023
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Llevo mamando esta profesión desde el primer lustro de los años ochenta. Es cierto que, con la revolución tecnológica, apenas nada me sorprende. Pero todavía quedan atisbos, ramalazos, para la estupefacción. Poco antes de la medianoche, se ha producido una de esas circunstancias.

Contextualizo. Cuando se produce una situación como la actual de la Sociedad Deportiva Huesca, los periodistas (un buen puñado de profesionales con nuestros títulos y experiencia) buscamos nuestras fuentes en nuestro sacrosanto deber de informar con la máxima fiabilidad y lo antes posible a nuestras audiencias. Nos pegamos tardes enteras comunicándonos, pongamos que con wasap porque es cómodo y práctico, con ellas. No hay otra solución. El Huesca se ha convertido en el moderno reino de Hades cuyas intimidades protege el Can Cerbero, el mitológico animal de tres cabezas guardián de las entrañas de la tierra. Franquearlo para conseguir información sensible es la única fórmula para cumplir con nuestro deber.

Conviene especificar que la política de comunicación, cuando hablamos del fichaje de un entrenador que es una cuestión directiva y sensible, no depende de los profesionales que se dedican a estas lides. Es una cuestión de gestión, esto es, de los directivos que deciden su dosificación y su relevancia. Si a ellos no les parece tan trascendental manejar una noticia tan sensible y de tanto alcance como es el entrenador que debiera sacarnos del inframundo en el que nos hallamos, simplemente porque no se ha plasmado la firma pese a que está hecho, allá ellos. Hay una máxima que reza que, si tú no gestionas tu información, alguien lo hará por ti. Es una de las taras -una más- de este club.

Cuando Pablo Barrantes, a las 23:15, anunciaba por sus listas de difusión de wasap que habría programa de Balones Fuera bajo el título "¡Nuevo entrenador del Huesca!" de forma sobrevenida, inmediatamente me conecté y escuché el nombre del ungido del que toda la tarde había tenido referencias vagas y anunciadoras de algo prometedor. Más allá de que el de Antonio Hidalgo suscita más dudas que certezas por su bisoñez como líder en el banquillo (apenas un puñado de partidos en Segunda División hasta ser cesado y actual residencia en el filial del Sevilla), lo cual no obsta para un voto de confianza (y hasta dos), lo verdaderamente asombroso es cuando inmediatamente llegué a Wikipedia para ver su perfil y me encontré con que la red social ya había anunciado, previamente, que era el actual entrenador de la Sociedad Deportiva Huesca. ¡Uf! Este descubrimiento es periodísticamente droga dura. Una primicia de Wikipedia. Cosas veredes, amigo Sancho.

Lo puse en conocimiento de las más altas instancias del Huesca. La respuesta es que seguramente el propio equipo de comunicación de Antonio Hidalgo lo puso en Wikipendia, y entonces me llevó la memoria al último día de mercado de fichajes de verano en la que una incorporación directiva informó a través de Linkedin de que se incorporaba al Departamento de Desarrollo Estratégico del club. Lo de menos es que se añadía carga de personal extradeportivo (que había que adelgazar y, por cierto, todavía no se ha hecho en la dimensión anunciada, mientras la parte del césped ha registrado ahorros hasta dejar la plantilla en calidad anoréxica). Lo fundamental es que el aficionado estaba a la expectativa de algún contrato ilusionante de futbolista y la única incorporación en las horas siguientes fue bolivariana. Y que el club no había manejado aquella información.

Esta mañana me he despertado con la sensación de pequeño escándalo llamado Huescaleaks, en paralelismo con el Wikileaks del Julian Assange que pena hoy su filtración de documentos diplomáticos de Estados Unidos. El nombre del escándalo mundial del australiano procede de una cierta analogía con Wikipedia por la cantidad de voces que contiene su acervo informativo. Obviamente, no es comparable la dimensión, pero el Huesca tiene un problema -uno más- de filtraciones (leaks es la palabra inglesa) y que, en su disparatado mundo de idas y venidas, ha sido nada menos que Wikipedia la que ha ostentado la primicia de un fichaje de nuclear importancia. Una nueva avenida a la competencia periodística convencional que alguien podría interpretar como metáfora de una sociedad en descomposición... O no, que todo es interpretable. Éramos pocos y parió la abuela. ¡Si mis añorados Angulo y Porquet levantaran la cabeza...!

En fin, llegará el anuncio oficial del fichaje y todos nos descojonaremos a mandíbula batiente. A ver si en la rueda de prensa de presentación de Antonio Hidalgo conozco al corresponsal de Wikipedia en Huesca, convenientemente acreditado y contribuyente de la ciudad.

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